En 1905 José Ortega Munilla, padre de Ortega y Gasset y director de El Imparcial, el periódico más importante del momento, llama a su despacho a José Martínez Ruiz.

Martínez Ruiz tiene a la sazón 30 años. Lleva más de 10 escribiendo en todo tipo de periódicos todo tipo de artículos, y apenas uno firmando con el seudónimo de Azorín, que le hará famoso. Ya casi lo es. Bueno, esto es una manera de hablar, porque ser famoso y ser Azorín es casi un oxímoron, como aquel al que se refería su amigo Baroja a propósito de El Pensamiento Navarro, gran diario pamplonés.

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