Finalizada la Guerra Civil, el polvorín comenzó a escribir su historia. Lo hizo pegado al entonces Gobierno Franquista y después al Ministerio de Defensa. La acumulación de armamento durante las cinco décadas en las que fue utilizado como polvorín fue cuantiosa. Así lo atestiguan testigos que afirman haber visto miles de cajas apiladas en las cámaras habilitadas cuando el ejército salió para siempre de Hontoria de la Cantera. De este espacio partió la munición utilizada en la Guerra del Golfo, allá por 1991, una de las últimas empresas auspiciadas por el Gobierno español. Fue en el año 1994 cuando el Gobierno central decidió prescindir del destacamento para siempre. Cuatro años más tarde, en 1998, la zona fue declarada "sin interés militar" por el Estado Mayor del Ejército de Tierra.