La proporción que representa el juego en el conjunto de los gastos de ocio de los españoles ha disminuido, pasando del 9,4 al 7,7 por ciento, lo que certifica, según un informe de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) que con la crisis también se juega menos.

La novedad en 2012 es que han disminuido tanto la frecuencia con que se juega como la cantidad de juegos y el dinero que se gasta en ellos, revela este estudio realizado por el Instituto de Política y Gobernanza (Ipolgob) de la UC3M en colaboración con la Fundación Codere y el Centro de Estudios de Políticas y Legislación del Juego.

Lo que se gasta en juego se está controlando en todos los hogares, incluso en los acomodados, y esta situación afecta sobre todo a las clases medias-bajas e inmigrantes, ha declarado uno de los autores del estudio, José Antonio Gómez Yañez, profesor del Departamento de Ciencia Política y Sociología.

"Con la crisis lo que aumenta es la demanda de suerte, especialmente en los juegos de 'ilusión', en los que un golpe de suerte a cambio de muy poco dinero puede dar un respiro o hasta resolver la vida", ha señalado.

La relación de los españoles con el juego es muy "racionalizada y fría", ha añadido, porque juega casi toda la población (más del 85 %) pero de manera muy "objetivada y dominada por los usos sociales".

En el año 2012 se ha implantado la Ley 13/2011, de Regulación del Juego, que fue aprobada por las Cortes como "un intento algo tardío y apresurado para regular una realidad -el juego online- que resultaba inabarcable para las administraciones públicas", ha comentado otro de los autores del estudio, José Ignacio Cases, profesor emérito de la UC3M.

Aunque la regulación y concesión de las licencias ha aclarado el panorama del juego online, en el informe se recoge "con claridad un dato incuestionable: siguen abiertas webs no autorizadas".

El experto ha advertido de que su funcionamiento por un lado supone competencia desleal frente a los operadores legalmente autorizados a realizar sus ofertas de juego en territorio español y, por otro lado, una merma importante en los ingresos fiscales.

La proporción de entrevistados que declara haber jugado a través de internet en los tres últimos meses asciende a un 4,2 por ciento de la población entre 18 y 75 años.

Esto equivale a 1.470.000 individuos, una cantidad algo mayor que la que está reportando la Dirección General de Ordenación del Juego. La razón estriba seguramente en que una parte de estos jugadores parece estar jugando todavía en webs no autorizadas, señalan los investigadores.

Aunque la información facilitada por los entrevistados a este respecto puede no ser del todo fiable, un 21,4 por ciento declara que no se ha registrado en ninguna página de juego recientemente, lo que sugiere que "siguen operando webs ilegales".

El perfil sociológico de estos jugadores responde básicamente al de internautas, es decir, jóvenes (79 % menores de 45 años), básicamente hombres (64,8 %) y con fuerte presencia de quienes pueden clasificarse en niveles sociales altos o medios altos.

Una característica del juego por internet es que los jugadores arriesgan una cantidad de dinero considerable: una media de 37,1 euros al mes.

Geográficamente, se concentran en Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia, y más de la mitad participa en apuestas deportivas y el póquer en sus distintas versiones, aunque se está normalizando como vía de acceso a los juegos organizados por operadores públicos (Selae y ONCE), que captan un considerable volumen del dinero que se mueve en juego por Internet.