La tecnología española ha pisado hoy por primera vez la superficie marciana a bordo del explorador Curiosity, una estación medioambiental diseñada, desarrollada y montada por completo en España, uno de los diez instrumentos con los que cuenta este robot.

En declaraciones a EFE desde el Laboratorio de Propulsión de la Agencia Espacial Estadounidense en Pasadena (California, EEUU), el científico Felipe Gómez, uno de los miembros del equipo español, ha calificado el aterrizaje de muy emocionante y "sorprendente" por la suavidad en que el rover se ha posado en Marte. "El despliegue se ha cumplido paso a paso; ha sido un éxito rotundo", ha dicho Gómez, del Centro de Astrobiología (CAB, centro mixto del CSIC y del INTA).

Tras la "explosión de alegría" vivida en Pasadena, donde Gómez permanecerá tres meses (toda la fase de operación), comienza el chequeo de todos los sistemas del "Curiosity", incluida la estación medioambiental (REMS) del equipo científico español.

Se trata de la primera vez que un grupo de españoles desarrolla "enteramente" un instrumental científico con destino al planeta rojo y cuyo investigador principal también es español (Javier Gómez Elvira del CAB).

Este aparato enviará sus datos desde el primer momento, aunque durante las próximas horas se revisarán "con mucha paciencia" todos los sistemas del "Curiosity", que significa un paso importante para lograr el objetivo de enviar astronautas a Marte a mediados de 2030.

"Se tomarán las cosas con mucha paciencia porque hay que estar completamente seguro de que el entorno es adecuado y no hay riesgo para el rover. Tras el chequeo empezarán a tomarse los primeros datos".

La descarga de datos se producirá una vez al día y después se procesará e interpretará la información para planificar la jornada siguiente.

Todo ello tiene lugar durante reuniones con "mucho estrés", ha añadido el científico, en cuya opinión este proyecto sitúa a la ciencia española "en la primera división".

REMS medirá una vez al día datos como el viento, la temperatura del suelo, la presión, humedad y radicación ultravioleta, entre otros datos.

Esta información se descarga sobre el ordenador de control del rover y, posteriormente, sobre el satélite que comunica con Tierra.

De acuerdo con Felipe Gómez, el hecho de poder participar en esta misión -una de las más grandes que se han desarrollado- "es un reto tecnológico que nunca antes se había asumido por el tamaño, volumen y peso del rover, así como la cantidad de instrumental científico que lleva".

En la estación REMS han participado 40 investigadores, liderados por el Centro de Astrobiología, en colaboración con la empresa CRISA, la Universidad Politécnica de Cataluña y la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid). España es el único país europeo que trabaja en este proyecto de la NASA.

El robot explorador Curiosity estudiará durante los próximos dos años si alguna vez hubo vida o podrá haberla en el planeta rojo.