Las ocupaciones de mayor nivel son las que tienen una menor brecha salarial entre hombres y mujeres, calculada sobre la ganancia media por hora trabajada, al registrarse un "brusco descenso" de 7 puntos -de un 25% en 2007 a un 18% en 2008-.

Así se desprende del informe "La brecha salarial: realidades y desafíos", que ha presentado hoy la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y que analiza los datos de las encuestas realizadas sobre esta cuestión en los últimos años junto con entrevistas en profundidad, para hacer un diagnóstico preciso del problema y poder atajarlo.

Aído ha resaltado que en España se ha "roto la tendencia" de que la diferencia de sueldo entre las mujeres y los hombres, en puestos de alto nivel, fuera "la más elevada" con respecto al resto de profesiones. En las ocupaciones de media y baja cualificación, la desigualdad se posicionó en 2008 en torno al 22%.

En el conjunto del mercado laboral, la brecha salarial de género se situó ese año en un 16% frente al 19% que alcanzó en 2007. Aunque el porcentaje mejora, esto significa que ellas perciben, de media, el 84% de la retribución de los varones.

Por Comunidades Autónomas, nueve se encuentran por debajo de la media estatal y siete por encima, mientras que Cantabria es la única que presenta un valor igual. Destacan Extremadura y Canarias, con una brecha del 5%, y, en el lado opuesto, Aragón y la Comunidad de Navarra, con más de un 20%.

Por su parte, como en años anteriores, la mayor brecha salarial de género se localizó en la industria (22%), seguida de los servicios (18%). La crisis económica, la incorporación a la EES de los empleados públicos o la entrada en vigor de la Ley de Igualdad han influido en el descenso.

La coordinadora del estudio, María Ángeles Sallé ha denunciado que, según los componentes de la retribución, las mayores diferencias se identifican en aquellos menos objetivos o no sujetos a convenio, como son las horas extras (69%); los pagos en especie (47%), las pagas variables anuales (45%) y los complementos salariales (34%).

Para la responsable de este estudio, las diferencias salariales responden más a factores subyacentes de carácter subjetivo y estructural que son "más complicadas de atajar".