La familia, según ha explicado a EFE, ha denunciado los hechos ante el juzgado de guardia porque considera que la muerte se debió a una imprudencia médica.

La joven ingresó en el centro el pasado 11 de enero para ser intervenida de obesidad mórbida, ya que pesaba 109 kilos, medía 1,58 metros de altura, y padecía, según fuentes de la clínica Londres, algunos problemas de movilidad.

La familia ha denunciado además que la actitud del centro en el que fue intervenida les indujo a sospechar que pasó algo extraño, ya que a la familia no se le dijo nada del estado de la joven hasta las 00:00 horas del día 11 de enero, siete horas después de acabar la intervención.

Según este familiar, la joven entró en el quirófano sobre las 14:00 horas y tres horas después un médico comunicó a la familia que había terminado la operación, pero que había surgido algún problema, aunque no fue hasta la medianoche cuando el centro les dijo que la joven estaba muy grave y que no se podía hacer nada por ella.