Investigadores de la Escuela de Licenciados en Administración de Empresas de Stanford y el Instituto Tecnológico de California descubrieron que los consumidores creen que, al ser más caros, los vinos son de mejor calidad.

Se engañan al pensar que esos vinos les proporcionan una experiencia más agradable que los más baratos, indican los científicos en un informe sobre su estudio.

Añaden que esas expectativas desencadenan una mayor actividad en la corteza orbitofrontal medial, que es la parte del cerebro que registra el placer.

Esto ocurre aun cuando no se registra ninguna actividad en la parte del cerebro que interpreta el sabor.

Los investigadores indicaron que sometieron a diversas pruebas a veinte adultos quienes probaron vinos de diferentes precios.

Esos voluntarios dijeron haber experimentado un mayor placer cada vez que se les indicó el mayor precio del vino.

"Desde hace mucho sabíamos que la percepción de la gente es influida por la propaganda. Ahora sabemos que también recibe la influencia del precio", señaló Baba Shiv, uno de los autores del estudio.

"Los encargados de la comercialización (del vino) tendrán que pensar dos veces antes de reducir los precios", agregó.