La directora de Neurocirugía del Hospital Real Infantil de Melbourne, Wirginia Maixner, indicó que las pacientes se recuperan favorablemente y que habrá que esperar entre seis y ocho meses para la separarlas definitivamente, informan los medios australianos.

Las pequeñas, que llegaron a Australia muy enfermas, nunca han podido sentarse ni se han visto las caras, al estar unidas por la coronilla.

Los médicos calculan que tienen un 25 por ciento de posibilidades de sobrevivir a la operación, pero si no las separan morirán antes de doce meses.

Maixner apuntó que el proceso será muy complicado y peligroso porque, aunque tienen los cerebros separados, comparten un vaso sanguíneo principal que encauza la sangre del cerebro al corazón.

Explicó que la sangre del cerebro de una de las niñas va al cuerpo de la otra, y la primera, cuyo cuerpo es más pequeño, está sufriendo problemas de corazón.

La semana pasada comenzaron las intervenciones para reducir el flujo sanguíneo que circula entre los dos cerebros y que los dos bebés puedan sobrevivir por separado.

Llegado ese momento, se procederá a la división de los cráneos y de la piel, y a la separación de los dos cerebros, que se encuentran uno encima del otro, detalló Maixner.

Una cooperante australiana descubrió a Krishna y Trishna en un orfanato bengalí y logró que la fundación Children First ("Niños primero") se ocupase de ellas.

Children First ha recaudado 250.000 dólares australianos (unos 220.000 dólares estadounidenses o 147.000 euros) para la operación, pero aún requiere otros 150.000 dólares australianos (132.000 dólares estadounidenses o 88.000 euros) para la recuperación.