El himen, esa membrana que si llegaba intacta al matrimonio era símbolo de pureza y certificaba la "honradez" de una mujer, como antaño decían nuestras abuelas, puede ser restaurado con una pequeña intervención quirúrgica que en los últimos años ha devuelto la virginidad perdida a muchas mujeres. Una práctica tan antigua como universal y que era una de las muchas "habilidades" de esa vieja alcahueta, meretriz en la juventud, que es Celestina, el personaje creado por Fernando de Rojas a finales del siglo XV. La operación, de apenas media hora de duración, se practica con anestesia local y no requiere hospitalización. Por ella hay que pagar entre 600 y 3.000 euros. Mujeres de raza gitana o de religión musulmana, culturas en las que llegar virgen al matrimonio es todavía hoy una costumbre ancestral y una obligación, aunque sólo para ellas, son, en un 95% de los casos, las pacientes, según la ginecóloga Otilia Martín.