El popular pero controvertido alcalde de Londres, el laborista Ken Livingstone, fue ayer sancionado con cuatro semanas de suspensión de empleo por haber comparado a un periodista judío con un guardia de un campo de concentración nazi.

El Comité de Normas de Conducta de Inglaterra, comisión disciplinaria que ha investigado los hechos, impuso el castigo al concluir que Livingstone actuó de forma «ofensiva» e «insensible» y, por consiguiente, empañó la reputación del Ayuntamiento.

El abogado del alcalde, Tony Child, tildó la decisión de «muy decepcionante» y adelantó: «Consideraremos nuestro derecho a apelar ante el Tribunal Superior» de Londres.

El suceso acaeció en febrero del pasado año, cuando el primer edil fue abordado por el reportero Oliver Finegold, del vespertino londinense "Evening Standard", a la salida de una fiesta en el Consistorio de la capital.

En lugar de responder a las preguntas del informador, que resultó ser judío, el alcalde se molestó hasta tal punto que comparó a Finegold con un «criminal de guerra» y «un guardia de un campo de concentración» nazi.

Conocido por su carácter empecinado, Livingstone se resistió a presentar excusas a pesar de que se lo pidieron numerosos correligionarios, entre ellos el primer ministro, Tony Blair, y los líderes de la comunidad judía.

El presidente del citado comité disciplinario, David Laverick, afirmó ayer que el trato dispensado por el alcalde al periodista fue «innecesariamente insensible y ofensivo».

Según Laverick, Livingstone «insistió en los comentarios que comparaban el trabajo del periodista con el de un guarda de un campo de concentración, pese a que se le dijo que el periodista era judío y a éste le parecía ofensivo que se le preguntara si era un criminal de guerra alemán».

El primer edil adujo en su momento que, con sus polémicas declaraciones, sólo expresó su opinión sobre Associated Newspapers, grupo editorial dueño del "Evening Standard".