Valladolid.- Aïcha no intenta hacer «lavados de cerebro», sino ayudar a los que quieren escucharla a aprender y a pensar.

- ¿Cuándo llegó a la conclusión de que no podía permanecer ni un minuto más en su país?

- Creo que hay una gran nobleza en el acto de decir ´tengo miedo´. Yo no tengo miedo por el peligro cuando lo tengo delante de mí, al contrario, soy conocida por ser una mujer valiente. Pero cuando no sabes de dónde va a venir el golpe, cuando tienes que vestirte de otra manera que no es la tuya por miedo y no por convicción... Había que valorar todo: la inseguridad, la injusticia, la falta de libertad de expresión, el miedo, la obligación de cambiar de actitud, un montón de cosas.

- Usted siempre ha sido una acérrima defensora de los derechos humanos de la mujer musulmana. ¿Considera su actitud como una amenaza para una facción del Islam?

- Yo siempre he molestado, desde los años 70 que empecé a escribir, porque tenía un argumento que les hacía tener miedo. Cuando hablaba de la mujer musulmana, no lo hacía desde fuera, con los criterios occidentales, sino desde el terreno del Islam y eso es lo que molesta, lo que da miedo. Yo tengo una formación sobre la historia islámica y sobre las religiones, mientras que ellos se aprovechan de la ignorancia. En el mundo árabe musulmán la mayoría de la gente es analfabeta de su propia religión.

- Hay quien piensa que la situación de la mujer musulmana ha retrocedido en los últimos años.

- Antes de que Hamas subiera al poder, yo dije que si hoy en día hacen unas elecciones libres en todos los países musulmanes, llegarán al poder los islamistas, porque los han traído los occidentales. Ya en el 83 yo decía que no tenía miedo de los integristas porque a estos los puedes combatir, aunque mientan, sino que tenía miedo de las políticas estratégicas de Occidente. Son ellos los que nos van a traer a los integristas.

- ¿En qué sentido Occidente ha provocado el surgimiento de grupos integristas?

- Occidente, para combatir los nacionalismos socialistas liberadores ha creado los movimientos islámicos. Así fue en los años 40 en Egipto, en Argelia en los 80 y también en Palestina, porque había palestinos laicos que luchaban para liberar la tierra y luchaban juntos mujeres y hombres.

- ¿Está extendida en el mundo musulmánla culpa de Occidente?

- Los árabes y los musulmanes son conscientes de todo esto de una manera general, porque hay mucha más gente moderada en el Islam que los islamistas integristas, minoritarios, aunque a ellos se les oye más porque gritan más y hacen más barbaridades. Pero hay que destacar que en el Islam la mayoría es moderada, pacífica, pese a sus creencias tribales por falta de conocimiento.

- ¿Considera que Europa está involucionando hacia posturas más extremasa los islamistas?

- Europa mantuvo una posición firme contra la Guerra de Irak hasta el último momento, pero ahora éste que decía antes que dibuja desde su despacho el escenario de la política geoestratégica, ha hecho su segundo capítulo. El caso más reciente es Palestina, donde hubo elecciones democráticas y los observadores destacaron la limpieza de los comicios y ahora es la mejor democracia del mundo árabe.

- Ya que alaba el papel de España en este escenario político, ¿qué le parece la propuesta de la Alianza de Civilizaciones realizada por Zapatero?

- La Alianza de Civilizaciones es algo que puede salvar el futuro y yo digo "chapeau" a Zapatero, porque hay que tener valor para proponer esto cuando Turquía, que es un país islamista aunque moderno, te llega a comprometer.

- Lleva ya más de una década en Valladolid y participando intensamente de la vida cultural de la ciudad. ¿Qué ha percibido en este tiempo?

- Nada, porque no me han pedido mi aportación desde que estoy aquí. He ofrecido, he escrito, he dado muchas ideas que han sido aplicadas, pero a mí no me han llamado para hacerlas. A mí me ha aportado la Universidad, que me ayuda a sobrevivir, y tengo amigos profesores, pero intelectualmente, nada. Menos mal que me quedan las conferencias internacionales. Y eso me da tristeza, porque puedo aportar tantas cosas. Pero, en cuestión de tranquilidad, adoro Valladolid, porque estoy tranquila. Siempre digo que no tengo dinero, que me han marginado y no han reconocido mi valor, pero tengo mucho amor y afecto de mis amigos que me quieren y la ciudad parece hecha a mi medida.

«Esperan que venga con ganas de criticar»

- ¿Ha logrado sentirse libre para escribir, para opinar sobre todos estos asuntos?

- Yo soy un mártir de la libertad de expresión. No hay muchas personas que hayan sufrido por el derecho de la libertad de expresión como nosotros. Cuando me fui al extranjero he visto que no tengo libertad de expresión porque si no digo que el Islam es malo, no me invitan. Esperan de mí, por ser árabe y musulmana, que venga con muchas ganas de criticar, pero no es así. Esto es un diálogo de ignorantes y yo no soy una ignorante. Es un discurso de manipulación, de mentira, de hipócritas. Sí, a mí el islamismo político integrista me ha jodido la vida, pero no es el Islam, sino los hombres ignorantes que no quieren oír eso, como tampoco en Occidente quieren oír que son ellos los que nos han puesto a los islamistas. Por eso, aquí no puedo trabajar ni pretender tener libertad de expresión porque molesto, porque sé demasiado, porque yo soy árabe, al fin y al cabo, si fuera argentina o cubana lo tendría mejor. Conmigo la gente aprende, se forma, aprende a reflexionar, yo no hago lavados de cerebro. Por esto, si cada vez que alguien me escucha, consigo que esta persona se despierte de su sueño y mire las cosas con inteligencia, he conseguido algo grande.