Coretta Scott King, viuda del que fuera líder del movimiento de derechos civiles de los negros estadounidenses Martin Luther King, falleció ayer mientras dormía en su casa en Atlanta, informó el ex alcalde la ciudad Andrew Young.

La viuda de King, de 78 años, sufría problemas de salud desde que el pasado 16 de agosto sufrió un derrame cerebral que debilitó el lado derecho de su cuerpo y la dejó sin poder andar y con dificultades para hablar.

Su última comparecencia pública tuvo lugar poco antes del 16 de enero pasado, cuando se celebró el 77 aniversario del nacimiento de su marido, que fue asesinado a las afueras de un hotel en 1968 en Memphis (Tennessee).

Desde ese trágico momento, Coretta dedicó su vida a conservar el legado de defensa de los derechos humanos y el sueño de igualdad racial de su marido.

Durante más de una década luchó incansablemente para conseguir que la fecha de nacimiento de su marido se convirtiese en una festividad nacional, una pelea que ganó en 1983, cuando el entonces presidente Ronald Reagan decretó el 16 de enero día festivo, aunque la primera festividad no se celebró hasta el año 1986.

Durante las últimas décadas, la viuda de King se dedicó a presidir seminarios y conferencias sobre su esposo.

«Estoy más decidida que nunca a conseguir que el sueño de mi marido se convierta en realidad», dijo Coretta poco después del asesinato de King, en una muestra de la voluntad de hierro que caracterizaba a esta mujer de carácter tranquilo.

Coretta, que compaginó los actos en honor a su esposo con el cuidado de sus cuatro hijos, también encontró el tiempo necesario para escribir un libro: "Mi vida con Martin Luther King Jr." y en 1969 fundó el "Centro Martin Luther King Jr. para el cambio social sin violencia".

El centro, probablemente muy a pesar de Coretta, se ha convertido en motivo de división entre sus cuatro hijos.

Varios directivos del centro se muestran a favor de venderlo para que la familia no tenga que preocuparse por el mantenimiento y pueda concentrarse en difundir el mensaje de King. Dos de sus hijos se oponen rotundamente a esa decisión.