Y al tercer día... resucitó: la Resurrección en Zamora

Este año sí ha habido procesión de La Resurrección en Zamora, suspendida en 2024 a causa de la lluvia. Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría protagonizaban este Domingo de Resurrección en el que el tiempo ha acompañado, una suerte en un convulso fin de semana que dio al traste o dejó reducidas a la mínima expresión las tres procesiones previas, del Viernes y el Sábado Santos.

Zamora despide así su Semana Santa.

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Recorrido

Los cofrades madrugaron, como es habitual, para acompañar a las imágenes que salen de La Horta, pero realizan recorridos diferentes.

La imagen de Jesús Resucitado inicia su desfile por la calle de La Horta, salen en busca de la Cuesta del Pizarro para subir a la ciudad. Escolta al Cristo la Policía Municipal, con uniforme de gala. El desfile abre con la cruz guía y un tamborilero que toca las tonadas propias de las romerías de primavera, a las que se asemeja esta última procesión de la Semana Santa que precisamente es de alegría porque no se duele de la muerte de Cristo, sino que se regocija por su resurrección.

La Banda de Música de Zamora acompañaba al paso, que como es habitual hacía el descanso en Fray Diego de Deza antes de encaminarse, todo recto, hasta la Plaza Mayor acompañado por los hermanos de varas floreadas.

La imagen de la Virgen del Encuentro salía de La Horta un cuarto de hora después, para subir a la ciudad por la cuesta del Piñedo con escolta de la Guardia Civil, y callejear por la calle Viriato y San Torcuato hasta la calle Santiago para hacer el descanso reglamentario. Abría este segundo desfile la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora, seguida por los hermanos envarados escoltando a la imagen de la Virgen de la Alegría a la que acompañaba la Banda de Música del Maestro Nacor Blanco.

Un paso este de la Virgen de la Alegría que, como apunta el lector de este diario Héctor Manjón, sería el más pesado de la Semana Santa de Zamora. No porque sea el que más kilos pesa, ya que los 850 de tara, mesa incluida son superados por muchos otros grupos, sino porque la carga la llevan sobre sus hombros 21 personas, es decir que salen a 40,4 kilos por hermano de carga.

Sea como fuere fue la Virgen, aún no de la Alegría, puesto que le cubría el manto negro, la primera en entrar en la plaza y colocarse en su lugar, mientras los hermanos y las autoridades (entre otros, la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Isabel Blanco) se iban poniendo en su lugar, al igual que los presidentes y representantes de las hermandades de Semana Santa y de Gloria. A continuación el Cristo, con el tamborilero Francisco Javier Cuadrado al frente, se colocó en el centro de la Plaza Mayor, frente a la Virgen.

Cayó el manto y estalló la alegría: los escopeteros disparaban las salvas desde el Ayuntamiento Viejo, soltaron globos los vecinos de la plaza y se hicieron reverencias los pasos en señal de saludo.

Poco después se hacía el silencio en la Plaza para escuchar la alborada compuesta por David Rivas e interpretada con maestría por Luis Alberto Pedraza, que convierte en instrumento de culto los simples flauta y tamboril, que daba la pauta a la melodía que interpretaba la Banda de Zamora, dirigida por Manuel Alejandro López.

Terminada la ceremonia, con miles de personas abarrotando cualquier hueco libre de los laterales de la plaza, con aglomeración especial en las entradas de Renova y San Andrés, las filas se dispusieron a bajar por Balborraz, encabezadas por la Banda de Cornetas y Tambores y con los pasos de Jesús y la Virgen, por este orden, al final.

Mientras los hermanos completaban el recorrido procesional con la estética estampa de miles de romeros bajando Balborraz en su camino a La Horta, la fiesta comenzaba de inmediato en la Plaza Mayor, con la música de folclore y los bailes.