Miradas de Pasión: Domingo de Resurrección

Un niño lanza cohetes a la salida del Resucitado de La Horta.

Un niño lanza cohetes a la salida del Resucitado de La Horta. / Ángel Quintas

Fernando Valera

Fernando Valera

Como el sol que renace de la tiniebla. Como el grano de trigo que muere para dar fruto. Dios no puede ser más que Amor. Y el Amor vive. Y vive entre nosotros. La Vigilia Pascual, la celebración cristiana por excelencia, canta la gloria de la resurrección, la majestad de un crucificado que es el Cristo, el Señor. La Palabra, la Eucaristía, las Aguas del Bautismo. La comunidad reunida para escuchar: ¡Ha resucitado! ¡Aleluya! La noche, que se rompió por su muerte, se rompe ahora por su vida. Y la mañana lo certifica con toda la rotundidad de la luz y las flores. Cristo ha resucitado ¡Jesús Vive!

Y una vez más el camino de la “Pascua” que nos hace, como los de Emaús, conocer y gustar interiormente la humanidad de Cristo. Hemos visto pasar su pasión ante nosotros. La hemos visto atravesarnos en lo más hondo de nuestro ser. El calor de la palabra y la memoria de su vida alientan nuestro camino en estos días: ¡Ha resucitado!

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