Viernes Santo en Zamora según Torre Cavero
OPINIÓN | Sirvan estas líneas para reivindicar la figura de Alberto de la Torre Cavero y sus compañeros de generación. Conservar y divulgar sus obras es quizás el mejor homenaje posible.

Grabado "Viernes Santo en Zamora", de Alberto de la Torre Cavero
Alberto de la Torre Cavero (1938-1985) fue uno de los máximos exponentes de la magnífica -y nunca suficientemente valorada- generación de artistas que alumbró Zamora en el siglo XX. Se formó, siendo apenas un niño, en aquella Escuela de Arte "San Ildefonso" de Educación y Descanso de la mano de los maestros Chema Castilviejo y Daniel Bedate. Por allí pasaron otros alumnos como Ramón Abrantes, Higinio Vázquez (galardonado este año con el Barandales de Honor), Teresa Santos, Pedro María Laperal o, con quien compartiese fraternal amistad, Antonio Pedrero.
Posteriormente estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, desde donde firmó la obra que protagoniza esta reseña. Desarrolló su carrera profesional en Zamora como profesor de Secundaria en el Instituto María de Molina, donde dejó dos espléndidas obras: un paisaje firmado en 1968 que se conserva en la sala de profesores y un óleo de 1969 sobre la puerta de la antigua capilla. Una enfermedad degenerativa fue deteriorando su salud, falleciendo prematuramente en 1985.
Entre las obras de la Colección FUNDOS de Bellas Artes, conformada por piezas fruto de la labor de adquisición y mecenazgo de las antiguas cajas de ahorros provinciales de Castilla y León, se conserva este grabado, prácticamente inédito, de Torre Cavero. Representa la llegada de la Cofradía de Jesús Nazareno a la Plaza Mayor. Firmado en Madrid en 1958, se trata de una composición plagada de elementos que recoge el ambiente popular del momento. Dedica el espacio central al grupo escultórico "Redención", de Mariano Benlliure, y a sus pies, y en primer plano, el paso de "Crucifixión", de Ramón Álvarez. El resto de la escena plasma, con líneas mucho más esquemáticas, el discurrir del paso "La Elevación de la Cruz" (izquierda) y la "Virgen de la Soledad" (derecha). Los balcones de los soportales de la Plaza Mayor, todavía entonces a ambos lados, lucen repletos de espectadores.

Grabado "Viernes Santo en Zamora", de Alberto de la Torre Cavero / .
La Semana Santa fue motivo habitual en la obra de la mayoría de artistas de Zamora en el siglo XX. Bien por ejercer de elemento inspirador o bien por ser escaparate para darse a conocer, dada su repercusión dentro y fuera de la ciudad. En este caso el autor elaboró la pieza, como cuenta su compañero Antonio Pedrero, en la clase de Grabado de la Escuela de San Fernando junto a otros grabados entre los que estaban uno sobre Ribadelago y un autorretrato. La técnica del grabado representó un reto para estos jóvenes artistas zamoranos en Madrid. Pedrero se matriculó en la Escuela de Artes Gráficas, donde obtuvo el premio de Grabado y Litografía en 1958. A su regreso a Zamora no pudieron continuar ahondando en la técnica del grabado al no existir en la ciudad un tórculo, la prensa empleada para la impresión en metal.
Sirvan estas líneas para reivindicar la figura de Alberto de la Torre Cavero y sus compañeros de generación. Conservar y divulgar sus obras es quizás el mejor homenaje posible.
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