Jueves Santo, con alma y devoción en Benavente

Benavente ha vivido una emotiva y solemne noche de Jueves Santo con la tradicional procesión de la Santa Vera Cruz. Momentos de profundo recogimiento, la ciudad honró una vez más su arraigada Semana Santa.

VÍDEO | Benavente y su procesión de la Vera Cruz

Eva Ponte

Benavente vive solemne la noche del Jueves Santo. Los cofrades de la Santa Vera Cruz, una de las más antiguas de España con sus orígenes en 1482, han cumplido con sus usos y costumbres en esta noche de pasión. Usos y costumbres que se han ido adaptando al paso del tiempo, sin perder su esencia. Es esta jornada en la que los cofrades van a buscar a las autoridades al ayuntamiento.

El Ecce Homo, a su paso por la calle La Rúa. | E. P.

El Ecce Homo, a su paso por la calle La Rúa. | E. P.

La tradición centenaria recogía la costumbre de ir acompañados de la música de un grupo de tambores, según explica el presidente de las Cofradías de la Santa Vera Cruz y el Santo Entierro, José Martínez, y una vez en la sala municipal el alcalde caballero manda destaparse y fumar un cigarro. Eso era al menos lo que se hacía antiguamente. Hoy en día ya no se fuma el cigarro y el alcalde caballero, este año, por primera vez, es una mujer.

Los nazarenos  de cruz, descansando por Herreros. | E. P.

Los nazarenos de cruz, descansando por Herreros. | E. P.

Pasadas las nueve de la noche, cuando el silencio aún guardaba el eco de la adoración de la cruz en San Juan del Mercado, comenzó la procesión. La cofradía titular caminaba acompañada por las del Santo Entierro y las Damas de la Luz y de la Soledad. Encabezaba la marcha procesional la cruz parroquial, por la calle Herreros.

La Santa Vera Cruz, el paso que abría el desfile. | E. P.

La Santa Vera Cruz, el paso que abría el desfile. / E. P.

Siguieron el recorrido los Nazarenos de Cruz, y detrás, poco a poco, iban surgiendo las imágenes. La Santa Vera Cruz, la Oración en el Huerto, el Ecce Homo escoltado con respeto por la Policía Local y un poco más atrás el Nazareno, el Paso de la Desnudez o Redopelo y la Virgen de la Soledad, que caminó con la Guardia Civil a su lado, como cada año.

Hubo momentos que dejaron huella. Como ese pequeño milagro silencioso que año tras año se consigue, sumar los suficientes costaleros para llevar portados a hombros un gran número de pasos. Los cargadores alzaron varias de las mesas procesionales, 18 lo hicieron para llevar a hombros la del Paso del Redopelo. Caminaron con el peso a cuestas y el alma en los pies.

Desde la calle Herreros, la procesión continuó por la Plaza de la Madera, Juan Carlos I, Sancti Spíritus, la Rúa, y por Santa Cruz hasta llegar a la Plaza de San Francisco. La noche termina frente al Hospital de la Piedad donde se entona la Salve.

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