Semana Santa 2025

La agonía del prendimiento, procesión de la Vera Cruz

Había ganas de procesión. Con la mirada al cielo, pendiente de las nubes que se llevaron el sol radiante de la mañana del Jueves Santo, cientos de personas aprovecharon para esperar en las aceras el paso de los once grupos escultóricos de la Cofradía de la Vera Cruz, cuyos largos fondos permitieron el disfrute de las tallas.

VÍDEO | La procesión de la Vera Cruz, en tres minutos

Miguel Ángel Lorenzo

La Dolorosa pudo, por fin, estrenar mesa, la obra del artista zamorano José Ángel Domínguez que la lluvia dejó en 2024 en el interior de la iglesia de San Andrés. Cargadores y cofrades de fila de la Santa Vera Cruz lograron lucir la nueva estructura de madera sobre la que se eleva la talla de Ricardo Segundo, la imagen de la Virgen con la que la Cofradía cierra su desfile procesional.

Momento en el que el paso de La Coronación se inclina en la calle de Renova. | JOSÉ LUIS LEAL

Momento en el que el paso de La Coronación se inclina en la calle de Renova. / JOSÉ LUIS LEAL

El cielo plomizo se conjuró en esta tarde del Jueves Santo con la escenografía de la agonía de Jesús, el relato de sus últimas horas de vida para que la Cofradía de la Santa Vera Cruz pudiera teñir de morado de penitencia el casco antiguo de Zamora, desde San Andrés hasta la Plaza Mayor para encararse hacia Renova donde un pequeño percance al retomar el desfile, tras realizar un fondo, hizo tambalear el paso de La Coronación, instantes de tensión superados por los cargadores que lograron continuar hacia las principales arterias del casco antiguo de la capital para llegar a la Catedral.

En los jardines de la seo zamorana, pasadas las siete y media de la tarde, la procesión daba tregua a hermanos y hermanas para hacer un alto en el camino durante veinte minutos. Es el tiempo de encuentro con familiares y amigos, de compartir la tradicional merienda para reponer fuerzas y regresar a la sede de la Cofradía, al templo de San Andrés.

Ganas de procesión

Había ganas de procesión, de recrearse en el ya de por sí largo recorrido, quizás por el Jueves Santo que malogró la lluvia el pasado año y frustró a los devotos cofrades de fila y de acera. Los cargadores cumplieron ayer e hicieron varios fondos que permitieron a las decenas de personas apostadas a lo largo del camino pudieran deleitarse con la contemplación de los grupos escultóricos.

Zamoranas y zamoranos contemplan el desfile de la Vera Cruz. | FIRMA

Zamoranas y zamoranos contemplan el desfile de la Vera Cruz. / José Luis Leal

La Santa Cruz de 1918 que abre el desfile de una de las cofradías más antiguas de la Semana Santa de Zamora dio rápido paso a El Lavatorio de los Pies que cumple 25 años, obra del artista zamorano Higinio Vázquez, Barandales de Honor 2025 de la Junta Pro Semana Santa, acompañado por la marcha Juana de Arco interpretada por la Banda de Música de Tordesillas en diálogo con los tambores de la Banda de Música de Zamora que seguía a este paso.

Tras el grupo escultórico de La Santa Cena del artista Fernando Mayoral, incorporada en 1991 a la Cofradía, la escena de Jesús frente al ángel en el Huerto de Getsemaní precedía a El Prendimiento que iba acompañado por una magnífica interpretación de la Banda de Música Nacor Blanco. La marcha "Crucifixus", a cargo de los componente de la Asociación Musical Villa de Olmedo, anunciaba llagada de este paso del año 1898; y de La Flagelación, escena de gran dramatismo, otra de las más antiguas de la Cofradía de la Vera Cruz, grupo escultórico del año 1691, acompañado por la Banda de Música de Toro.

El Ecce Homo ante cientos de miradas al pie del Ayuntamiento de Zamora.  | FIRMA

El Ecce Homo ante cientos de miradas al pie del Ayuntamiento de Zamora. / JOSÉ LUIS LEAL

Detrás, La Coronación de Espinas (1999), a cuyo desfile puso música la banda Sones del Órbigo de Veguellina (León), que antecedía al más antiguo de todos, el Ecce Homo (siglo XVI), al que se pudo admirar durante cinco minutos, los que pararon los cargadores antes de llegar a la iglesia de La Magdalena.

Los tambores sonaban ya a muerte y La Sentencia alcanzaba en silencio la calle de la Rúa de los Francos. Pasadas las siete de la tarde de ayer, la talla de El Nazareno (siglo XVI o XVII) adornado con rosas rojas y lirios morados iba al redoble de tambores y la marcha fúnebre de la Banda de Música de Salamanca Tomás Bretón. La venerada Dolorosa, rodeada de rosas blancas y lilas, ponía el final al desfile con los tambores de cierre de la Vera Cruz.

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