Restauración

¿Conoces estos cuatro angelotes vinculados a Nuestra Madre de las Angustias?

La parroquia de San Vicente restaura cuatro ángeles, del siglo XVIII, que pudieron pertenecer al antiguo retablo que tenía el templo a finales del XIX y que desfilaron con la antigua mesa de Nuestra Madre.

Los cuatro angelotes situados alrededor de Nuestra Madre de las Angustias.

Los cuatro angelotes situados alrededor de Nuestra Madre de las Angustias. / Alba Prieto

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La imagen de Nuestra Madre de las Angustias ha contado en su novenario entre el adorno floral con unas piezas singulares, cuatro angelotes de madera recientemente recuperados y que posiblemente hayan podido ser algunos de los motivos escultóricos de los retablos laterales que tenía el templo y que se desmontaron a finales del XIX y principios del siglo XX.

Cuatro angelotes del siglo XVIII

Cuatro angelotes del siglo XVIII

Los cuatro angelotes realizados "probablemente de pino" se encontraban en el almacén de la parroquia de la Unidad del Buen Pastor. "El que no tenía una pierna rota, le falta un pico o unos dedos…" enumera el sacerdote Miguel Ángel Hernández Fuentes, sabedor que esas piezas procesionaron con la antigua mesa de Nuestra Madre, como atestigua una instantánea antigua que se encuentra en la sede de la cofradía y que también recoge el libro "Historia de una devoción" que escribieran Florián Ferrero Ferrero y Alberto Martín Marquez.

Cuatro angelotes del siglo XVIII

Cuatro angelotes del siglo XVIII

El mal estado de las piezas hizo que la parroquia encarara el proyecto de su recuperación "porque creo que pueden embellecer" el templo, subraya el presbítero.

Los ángeles estaban "repintados totalmente y tenían faltas volumétricas, en brazos y piernas, sobre todo" sintetiza el restaurador que los ha intervenido Óscar Morales Romero.

El profesional describe que alguna de las piezas presentaba "arreglos relativamente modernos que se habían realizado pues de malas maneras con pegamento moderno e industrial, que chorreaba por la superficie de los angelotes".

Estado inicial de uno de los ángeles.

Estado inicial de uno de los ángeles. / Cedida

El restaurador, después de estudiar las piezas y teniendo en cuenta los criterios actuales de restauración que abogan por, en la medida de lo posible, respetar cómo el autor lo concibió, procedió a despegar las piezas "que estaban medio sueltas y mal pegadas" así como a limpiar la madera que tenía pegamento.

Una segunda fase correspondió a la realización de prueba para suprimir el remite blanco.

En las catas descubrió que debajo había "un blanco más natural que casa con el blanco azulado que había en los retablos laterales".

La eliminación de la pintura tuvo que realizarla muy lentamente de manera manual con un bisturí.

Anclajes originales de las alas

Anclajes originales de las alas / Cedida

"Fue lo más complicado de toda la tarea porque había que tener mucho cuidado con la policromía original".

Tras recuperar el blanco azulado original se reintegró las partes perdidas de los cuerpos de los querubines incluidas las alas.

"Se sabe que originalmente llevaban alas porque tienen unos anclajes en la parte de la espalda y no se sabía cómo eran, salvo por esta foto que de la antigua mesa de Nuestra Madre" describe el restaurador a lo que el sacerdote añade que "solo se conservaba, pero no puesta en el ángel, un ala guardada, junto con otras cosas de San Vicente, por el director del estudio-taller diocesano de conservación y restauración, Bernardo Medina.

Alas nuevas estucadas

Alas nuevas estucadas / Cedida

Tras cerciorarse de que las dimensiones coincidían con los anclajes traseros y que el repinte era similar al de los angelotes, el restaurador procedió a realiza réplicas mediante un molde de goma silicona y las realizó con un tipo de resina.

Molde de silicona del ala conservada

Molde de silicona del ala conservada / Cedida

A falta de documentación la datación de los cuatro ángeles, que se utilizarán en celebraciones relevantes en San Vicente, podrían ser piezas del siglo XVIII.

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