¿Una cripta en la Catedral de Zamora?

¿Estaremos más cerca de encontrar restos de la primitiva catedral zamorana? ¿Se hallará bajo la superficie del coro una cripta prerrománica, testimonio de la sede catedralicia de San Atilano o del obispo Salomón?

Catedral de Zamora.

Catedral de Zamora. / LOZ

José Ángel Rivera de las Heras

CREACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA DIÓCESIS DE ZAMORA

Según diversas fuentes históricas, en el año 893 el rey asturiano Alfonso III el Magno fortificó, urbanizó y repobló la ciudad de Zamora con gentes del Norte y mozárabes procedentes de Toledo, Coria y Mérida. A este contexto de avance frente al territorio musulmán responde también la creación de la sede episcopal zamorana, que tuvo lugar en el momento en que el monje Atilano fue consagrado obispo el día de Pentecostés del año 900, a la vez que su compañero Froilán, que ocuparía la sede leonesa. Los testimonios documentales prolongan el pontificado de San Atilano, primer obispo de la diócesis zamorana, hasta el año 922. A él le sucedieron en la sede los obispos Dulcidio (924-953), Domingo (954-967), Juan (970-983) y Salomón (985-987).

A fines de la centuria, durante la década de 980, la ciudad de Zamora y otros lugares fueron saqueados y devastados por las huestes de al-Mansur en diversas aceifas (979, 981, 984, 986). Finalmente, en 988, volvió a sitiar la ciudad, provocando que el rey Bermudo II huyera, y los zamoranos la entregasen al célebre caudillo musulmán, que estableció en ella una población y designó como gobernador a un general tuyibí. Parece ser que fue en ese momento cuando se interrumpió la sucesión apostólica en la sede zamorana, y el territorio fue incorporado al obispado de Astorga, siendo administrado por las diócesis de Braga, Astorga y Salamanca hasta los primeros años del siglo XII.

¿Una cripta en la Catedral de Zamora?

¿Una cripta en la Catedral de Zamora? / José Ángel Rivera de las Heras

Fue Bernardo de Cluny, de Agen o de Sédirac, quien propició la restauración de la sede y de la sucesión episcopal. Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, fue elegido arzobispo de Toledo, inaugurando un largo pontificado que duraría entre 1086 y 1124, fecha de su fallecimiento. Según Rodrigo Jiménez de Rada, en su Historia de rebus Hispaniae, al pasar por Francia en un viaje de regreso de Roma a Toledo reclutó a monjes y clérigos francos que ocuparon diversos puestos en la catedral toledana y en obispados hispanos: “de donde habiendo buscado en diversos lugares hombres honrados y letrados y también a los jóvenes dispuestos que pudo encontrar, se los llevó con él a España... Jerónimo, que era de Périgueux, a quien hizo obispo de Valencia en la época de Rodrigo el Campeador, pero perdida de nuevo la ciudad al poco tiempo, don Bernardo, su metropolitano y primado, lo colocó en Zamora para que actuara allí como obispo, aunque allí nunca había existido obispo ni catedral; de aquel mismo lugar se trajo a Bernardo, a quien hizo obispo de Zamora a la muerte de Jerónimo, y éste fue propiamente el primer obispo de Zamora”.

Tras el fallecimiento de Jerónimo de Périgueux en junio de 1120, el territorio zamorano se desmembró del salmantino, y Bernardo de Périgord, otro clérigo francés, por entonces arcediano de Toledo, fue elegido y consagrado obispo de Zamora por el arzobispo toledano Bernardo de Sédirac, pasando a ser pastor de una diócesis independiente de la salmantina y segregada de su territorio. De este modo se restauró la diócesis zamorana, y se retomó la sucesión apostólica de su sede episcopal.

¿Una cripta en la Catedral de Zamora?

¿Una cripta en la Catedral de Zamora? / José Ángel Rivera de las Heras

LA CATEDRAL, SEDE DEL OBISPO

Por la documentación conservada sabemos que existió una catedral anterior a la actual. Lucas de Tuy, el Tudense, en su Chronicon Mundi, afirma que fue mandada edificar por el rey Alfonso III el Magno: “en Zamora, que la había hecho poblar, edificó hermosa iglesia a honra de San Salvador, la cual gloriosamente dotó”. No obstante, la lápida de mediados del siglo XVII que contiene la consecratio de la catedral actual, localizada en el muro oriental del brazo norte del crucero, y que reproduce dos inscripciones del siglo XII en hexámetros leoninos, dice lo siguiente: “FIT DOMVS ISTA QVIDEM / VELVTI SALOMONICA PRIDE[M] / HVC ADHIBETE FIDEM. DO/MVS HAEC SVCCEDIT EIDEM / SVMPTIBUS ET MAGNIS” / “En verdad este templo se ha construido como en otro tiempo el de Salomón. Creedlo. Este templo se aproxima al citado también por los grandes costes”. No parece que esta mención al templo de Salomón se refiera a la construcción del rey judío en Jerusalén, sino a la antigua catedral de Zamora. De confirmarse, es probable que la primitiva catedral zamorana hubiese sido construida a fines del siglo X, durante el pontificado del obispo Salomón, el último de los pastores “antiguos”, con quien se interrumpió la sucesión episcopal.

El Chronicon Lusitanum señala que en aquella primitiva catedral se armó caballero por su propia mano Afonso Henriques en 1125: “El ilustre infante Don Alfonso, hijo del Conde Don Enrique y de la Reina Doña Teresa, nieto de Don Alfonso VI, con más o menos catorce años, fue a la Catedral de Zamora y ante el altar de San Salvador tomó las armas militares por su propia mano, y se colocó ante el altar vestido con las armas militares, como habitualmente hacen los reyes el día santo de Pentecostés”. Y un año después, se celebró en ella un acto de concordia entre Teresa de Portugal y Alfonso VII, y se dice que resultaba pequeña.

La documentación catedralicia nos informa de que, al menos desde 1131, la sede episcopal residía en la iglesia de San Salvador, en la colación del mismo nombre, y que tenía ya un cabildo de canónigos que vivían en comunidad en la citada iglesia. No obstante, el recinto debía de ser exiguo, pues en marzo de 1135 Alfonso VII donó al obispo y a sus canónigos la iglesia de Santo Tomé (esta iglesia, que aún existe en la antigua Puebla del Valle, junto al río Duero, había sido monasterial con anterioridad, y había sido edificada poco antes de 1126, fecha en que se declara “nouiter hedificato”) para trasladar a ella la sede episcopal, ya que por su pequeñez y por estar rodeada de casas no tenía espacio para el claustro, refectorio, dormitorio y demás dependencias necesarias para los canónigos: “Teniendo en cuenta que la iglesia de la sede zamorana en el lugar donde hoy está situada es poco honorífico, pues por su pequeñez y por estar rodeada de casas no tiene espacio para el claustro, refectorio, dormitorio, y demás anejos necesarios, determino que debe mudarse a otro lugar más conforme con los sagrados cánones”.

El deseo manifestado en el documento no llegó a materializarse, pero durante el pontificado de Bernardo de Périgord se debió de pensar en construir una nueva sede en el lugar donde se hallaba la antigua, propiciando la adquisición y posterior destrucción del caserío inmediato. A su muerte, acaecida en 1149, le sucedió Esteban de Saint-Selain; a él le cupo el honor de iniciar las obras de la catedral actual en 1151 y de consagrarla, antes de finalizar su construcción, en 1174, según la lápida mencionada anteriormente.

Concluimos, pues, que la catedral vieja del Salvador, Santa María y Todos los Santos, construida en el siglo X, estaba ubicada en el solar de la actual. De aquella construcción, que pertenecería al arte mozárabe o “de la repoblación”, no se conserva nada hasta el momento.

¿Una cripta en la Catedral de Zamora?

¿Una cripta en la Catedral de Zamora? / José Ángel Rivera de las Heras

PROSPECCIONES GEOFÍSICAS

En noviembre de 2019 se llevó a cabo en el solar de la catedral una prospección geofísica con la ayuda de un geo-radar 3D. En los radargramas obtenidos se apreció la existencia de dos grandes vacíos bajo el recinto coral y la capilla de San Miguel o del Santísimo, compatibles con estructuras soterradas o criptas. La relativa al coro venía apoyada por el testimonio oral de personas que intervinieron en la inhumación de los restos del venerable Luis de Trelles y Noguerol, fundador de la Adoración Nocturna Española, en el año 1991.

Próximamente, con técnicas más avanzadas (infrarrojos, georradares, magnetómetros y perfilómetros de alta resolución), se realizará una nueva prospección geofísica no invasiva, lo cual permitirá conocer con mayor precisión la estructura del subsuelo y sus características volumétricas y espaciales. Se trata de un proyecto interesante e ilusionante, que puede deparar novedades de gran calado para la historia y el arte de nuestra ciudad y de nuestra diócesis. ¿Estaremos más cerca de encontrar restos de la primitiva catedral zamorana? ¿Se hallará bajo la superficie del coro una cripta prerrománica, testimonio de la sede catedralicia de San Atilano o del obispo Salomón? Pronto lo sabremos.

(José Ángel Rivera de las Heras es canónigo Encargado del Patrimonio de la Catedral de Zamora)

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