La importancia de mantener el patrimonio textil de cofradías y hermandades fue la idea fundamental del taller impartido este miércoles en Zamora por expertos de la Real Fábrica de Tapices en La Alhóndiga, ante un auditorio en el que abundaban miembros de la Semana Santa zamorana.

"Nosotros somos la unidad de referencia de restauración textil en España reconocidos internacionalmente por el tipo de medios tecnológicos que utilizamos, el oficio de nuestros restauradores y la idea es la misma que tienen con la restauración de pasos con el centro de Simancas, divulgar y como defender un patrimonio que es de todos los españoles", señaló el director general Alejandro Kleker, encargado de abrir la jornada en presencia de la concejala de Cultura, María Eugenia Cabezas, y la presidenta de la Junta Pro Semana Santa, Isabel García.

Verónica García, jefa de Restauración del centro, indicó que todo lo que es la vestidura litúrgica tiene una característica muy particular respecto a otros tejidos, y son las técnicas. La combinación de técnicas, ancestrales como puede ser el bordado en oro, la aplicación de lentejuelas o cualquier otra técnica decorativa y sumado a eso el soporte de tejidos que son muy ricos y de alta calidad, como terciopelo de seda o raso de seda. Todas estas características unidas, que en un principio técnicamente serían incompatibles, el metal y el tejido, hacen que sea muy compleja tanto la conservación como las labores de intervención y restauración".

Es lo que motivó a la entidad a "hacer este tipo de coloquios, porque realmente es un tejido que tiene una complejidad ya en si mismo y es un punto de partida para conservarlo, mantenerlo y, muchas veces, evitar que se vaya deteriorando en el tiempo".

Asistentes al taller sobre el patrimonio textil de cofradías y hermandades, en Zamora JOSE LUIS FERNANDEZ

El factor más importante de deterioro son las condiciones medio ambientales. Por ello se precisa "luz controlada, que no le de directamente, humedad dentro de los parámetros recomendados entre 44-55% de humedad y una temperatura de entre 18 y 20 grados. Ese sería el principal factor de deterioro"

Pero una característica de este tipo de tejidos es que cofradías y hermandades no los pueden tener metidos en una vitrina, sino que los utilizan y este uso y la manipulación son también fuente de deterioro. "Este es un aspecto fundamental y simplemente con una reflexión de cómo hacemos las cosas podemos avanzar mucho en la conservación".

"Muchas veces por ejemplo los gremios de bordadores de oro hacen muchos traspasos, algo que no compartimos porque el tejido original tiene unas características, aparte de su valor histórico. Y sumado a esto, hoy en día no se consigue una calidad como la que se podía conseguir hace años. Entonces, si perdemos ese tejido, el que vamos a poner ahora no va a llegar a esa calidad", señalo Verónica García.

Se precisa luz controlada, que no le de directamente, humedad dentro de los parámetros recomendados entre 44-55% de humedad y una temperatura de entre 18 y 20 grados.

Es posible restaurar el tejido, dijo. "Muchas veces queremos verlo nuevo, que no tenga ningún tipo de deterioro o desgaste, pero olvidamos que también tiene esa parte de valor histórico, documental, nos da el testimonio de unas técnicas y de buen hacer que no nos encontramos hoy en día. Por eso lo ideal es poder conservar ese tejido, lo que pasa es que tenemos que cambiar la mentalidad: no va a quedar como nuevo, está claro, aunque el desgaste hasta cierto punto se puede revertir, pero lo que queremos es que también pensemos que realmente todo ese conjunto, con ese desgaste, ese paso del tiempo, ya tiene un valor añadido, entonces no tiene sentido poner un tejido nuevo que no va a tener nada que ver ni esa calidad nunca".

Reconoce que "obviamente no hay reglas rígidas porque cada caso es particular. Porque también es cierto que el uso continuado ha deteriorado tanto la pieza que es prácticamente imposible recuperarlo. En esos casos recomendaría guardar ese tejido para no usarlo y hacer una copia. Más que traspasarlo es mejor hacer una copia nueva de este manto, o de esa saya, porque dejar testimonio de ese tejido es conservar también algo que tiene ese valor de testimonio documental".

En resumen "es fundamental valorar este patrimonio textil tan rico de hermandades o cofradías"