La Semana Santa Zamora ha discurrido con plena normalidad, buen tiempo (salvo el borrón del lunes) y mucha gente, dentro y fuera de las filas, con ganas de procesión. Sin embargo han ocurrido algunas incidencias que quedan en simples anécdotas, aunque pudieron tener consecuencias mucho más graves.
Algunas de ellas han sido captadas por alguno de los espectadores que grababa con su móvil el paso de las procesiones, también por las retransmisiones de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA o incluso las de las propias cofradías que, como por ejemplo Jesús Nazareno, amplifica sus actos mediante la utilización de las redes sociales.
Uno de los sucedidos que más repercusión ha tenido ha sido la del balanceo desequilibrado de Jesús Camino del Calvario, el popular "Cinco de Copas", quizá por ser uno de los grupos que tiene más a gala la perfección de la carga. El estreno de nuevas andas con un fallo en las alturas de los banzos explica, según la cofradía, lo ocurrido, que quedó en simple anécdota, aunque los músicos de las bandas corrieron a apartarse por si acaso.
ESTE ES EL MOMENTO:
Otro momento peligroso ocurría unos metros por delante en la misma procesión, en la plaza de Sagasta. El paso de la Elevación de la Cruz se proponía enfilar San Torcuato cuando el cable que suministraba electricidad a la caseta de garrapiñadas colocada en la zona se enganchó en la cruz. Se trata de un cable provisional del que nadie se percató: ni quienes se encargan de supervisar el recorrido, seguramente porque habían pasado antes de que se colocara, ni quien lo puso que seguramente consideraría suficiente la altura que se le había dado.
ASÍ CAPTÓ EL MOMENTO UN ESPECTADOR DE LA PROCESIÓN
Sea por haber estado tres años sin cargar y que prácticamente ningún paso hace entrenamientos o sea por otras circunstancias, lo cierto es que hubo otros pasos con incidencias. Un ejemplo, la salida del Museo de la Conversión del Centurión en la Real Cofradía del Santo Entierro. Por un momento quedan en el suelo las patas de atrás de la mesa.
ESTE FUE EL MOMENTO:
Son detalles que habrá que ir puliendo para otros años, teniendo en cuenta también que todos somos humanos y se pueden cometer errores, muchas veces disculpables perfectamente por las circunstancias.
Mareos y vahídos
También los espectadores de las aceras tuvieron sus percances. Los más llamativos los mareos sucesivos que se produjeron al término de la procesión de la Soledad y que obligaron a movilizar a varias ambulancias.
Entre los afectados, un policía municipal, que según testigos presenciales "cayó redondo" mareado.
