La Opinión de Zamora

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Ecce Homo, quinientos años

Ecce Homo de Gil de Ronza. Procesión de La Vera Cruz. L. O. Z.

La tarde del Jueves Santo de 1983 el Ecce Homo de Gil de Ronza salió por primera vez en procesión junto al resto de los pasos de la Vera Cruz. Por aquellos años la Semana Santa de Zamora buscaba enriquecer su acervo artístico incorporando imágenes antiguas de calidad, aunque no hubiesen sido concebidas para desfilar en procesión. En el caso del Ecce Homo la iniciativa había partido de Ramón Fita, inquieto secretario del obispo, y del prestigioso historiador José Navarro Talegón. Ambos habían visto la escultura durante sus visitas al Convento del Tránsito y apreciado de inmediato su gran valor artístico. La imagen había ido a parar allí a raíz de la Desamortización de Mendizábal, procedente de la capilla funeraria del deán Vázquez de Cepeda en el Convento de San Francisco, para donde había sido tallada por el escultor flamenco Gil de Ronza alrededor de 1522. Conocemos su autoría gracias a la investigación de José Ángel Rivera de las Heras (1993).

A la izquierda, El Cristo de la Laguna; a la derecha, el Ecce Homo, ambos de Gil de Ronza. | | L. O. Z. Manuel Herrera

La capilla del deán, como ha destacado el historiador Felipe Pereda, fue una obra singular en el panorama artístico español del siglo XVI. Un suntuoso espacio funerario gótico cuyo diseño estaba influido por el teatro de la Baja Edad Media. De las once escenas de la vida de Cristo que lo decoraban subsisten al menos cuatro esculturas, entre ellas el Ecce Homo y el Cristo de la Laguna, que actualmente desfila con motivo de la Exaltación de la Santa Cruz.

Respecto al paso, la propuesta de Fita y Talegón fue aceptada por la Junta Pro Semana Santa y la Cofradía de la Vera Cruz que hubieron de resolver varios problemas antes de que el Ecce Homo estuviese preparado para desfilar. En primer lugar, la imagen carecía de talla en la espalda porque había sido creada para un altar. Fue necesario que Julio Mostajo y Manuel Rivas completaran la capa que lleva para permitir su contemplación desde todos los ángulos. En segundo lugar, tuvieron que buscar una mesa en la que llevar el Ecce Homo. La solución se encontró en una magnífica mesa neobarroca, a ruedas, que había sido confeccionada en la Universidad Laboral a mediados de siglo para María Auxiliadora.

En 1995, coincidiendo con un momento de auge de la Semana Santa, el Ecce Homo se convirtió en un paso a hombros. Para ello fue adquirida y modificada la antigua mesa de la Virgen de la Amargura con la ayuda de los hermanos de paso. Los cambios introducidos obligaron a la ampliación de la plantilla hasta los veintiocho cargadores actuales. Unos años más tarde, la Junta Directiva decidió sustituir la imagen por una nueva que fuese propiedad de la Cofradía. La medida generó una desagradable controversia que acertadamente se zanjó manteniendo esta antigua y valiosa obra, que ha sido restaurada por Gerardo Casaseca y Juan Carlos Álvarez.

Hoy día la plantilla del paso está compuesta por un grupo joven que se esfuerza por mantener el espíritu de hermandad todo el año y contribuir con su modesta aportación al esplendor de la Cofradía decana de la Pasión. Buena prueba de esto último son dos estrenos: en 2006 de una marcha fúnebre compuesta para el paso por David Rivas y en 2008 de una nueva y más digna mesa procesional realizada por José Antonio Pérez. En este espíritu se enmarca la celebración del quinto centenario de su imagen titular (1522-2022), que pretende dar a conocer la contribución de la escultura hispanoflamenca al patrimonio cultural de nuestra tierra.

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