La Opinión de Zamora

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La agonía al expirar silencia Toro

Cofrades y fieles oran por la paz en Ucrania durante el Vía Crucis del Santo Sepulcro y unen sus voces en el canto de las “Cinco llagas”

Cofrades arropan al Cristo de la Expiración durante el vía crucis procesional del Miércoles Santo

La procesión del Miércoles Santo en Toro conmueve a aquellas personas que, por primera vez, comparten con los hermanos de la Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad la emoción de arropar al Cristo de la Expiración en la agonía previa a su muerte.

El silencio y el respeto se imponen en una noche especial para los toresanos, que se suman al rezo interior del Vía Crucis para reencontrarse con el Cristo de la Expiración, una talla del siglo XVII esculpida por Esteban de Rueda, y ante la que los cofrades y fieles juran guardar silencio durante el recorrido.

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GALERIA | Las mejores imágenes del Vía Crucis de Toro Ana Burrieza

El juramento del silencio es una de las escenas más conmovedoras del Vía Crucis, oración con la que este año la hermandad ha pedido por la paz en el mundo y, de forma especial, en Ucrania.

Ante la imagen del Crucificado el alcalde, Tomás del Bien, formuló la ofrenda de silencio en nombre de los hombres y mujeres de una ciudad que “ponen bajo tu cruz su dolor y sufrimiento” y en una noche en la que “el pueblo calla” para que solamente hable el Cristo de la Expiración y para que “bendiga a su paso nuestras calles y nuestras vidas”.

Asociados portan los faroles con los hachones durante el desfile procesional Ana Burrieza

Acto seguido el párroco, Jesús Campos, pidió a los cofrades que se arrodillaran ante la venerada imagen y que reafirmaran el juramento de silencio, que tan solo fue quebrado por el eco de los tambores, las trompetas, y la oración en las 14 estaciones del vía crucis, señalizadas en las calles con el emblema de la hermandad.

En la duodécima estación, el corazón de toresanos y de los cofrades latió con fuerza al volver a escuchar el himno del Cristo de la Expiración en la plaza de la Colegiata.

Imagen del Cristo de la Expiración en su recorrido por la ciudad Ana Burrieza

El desfile procesional concluyó en la Colegiata, en cuyo interior fieles y cofrades unieron sus voces para entonar el rezo y el canto de las “Cinco llagas”, uno de los momentos más singulares de la Pasión toresana, y que dio paso a la adoración del Yacente que, este año, ha sustituido a la tradición de besar el pie de la imagen por la actual situación sanitaria.

La agonía al expirar silencia Toro

Con ese acto de fraternidad y hermandad concluyó el vía crucis procesional del Miércoles Santo en una noche que, en torno a la imagen del Cristo de la Expiración, toresanos y cofrades unieron sus corazones y pidieron por la paz en todos aquellos países inmersos en conflictos bélicos.

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