La Opinión de Zamora

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Juan Emilio Antón Rueda Oferente del Silencio ante el Cristo de las Injurias

“La cofradía no es solo la procesión, tendríamos que dar educación religiosa”

“Las dos facetas de la Semana Santa, la espiritual y la artística son muy importantes, porque ambas son imprescindibles en la celebración”

Juan Emilio Antón, la semana pasada, en la Catedral. JOSE LUIS FERNANDEZ

Juan Emilio Antón Rueda realizará esta tarde la ofrenda del silencio ante el Cristo de las Injurias, si es no ocurre ninguna otra desgracia como la que le impidió cumplir con esta tarea en 2019 (lluvia) o en los dos años siguientes (2020 y 2021, COVID). Zamorano de 75 años recién cumplidos este médico de vocación ha sido cirujano y gestor sanitario, además de directivo del Silencio.

—¿Va a cambiar mucho el discurso de hace tres años o todavía le sirve?

—Hombre, también sirve. Porque lo que digo en la ofrenda del Silencio son cosas muy básicas, muy de siempre, inmutables. Hablo de la fe, de Cristo, la forma de comportamiento de los hombres, que son muy generales y que no cambian. Entonces sí vale de un año para otro. Pero claro, después de sufrir una pandemia (estar sufriéndola) y tener esta guerra tan tremenda, tan horrorosa, algo hay que poner sobre eso. El resto de la ofrenda es muy similar a la que tenía preparada para el 19.

—¿Ha perdido ilusión respecto al primer año?

—Es normal que cuando te ofrecen hablar delante del Cristo de las Injurias y 2.500 personas, además con la repercusión mediática que lleva todo esto te sientas muy halagado e ilusionado. Pero claro, viene la lluvia, al año la pandemia, al año siguiente otra vez... pues cada vez esa expectación va disminuyendo un poquito. No tengo la misma ilusión del primer año pero vamos me sigue encantando, lo sigo deseando. Y espero leerlo, que no haya más lluvia.

—¿Que relación tiene con el Cofradía del Silencio?

—Mi abuelo fue de los fundadores en 1925 y mi padre fue hermano de la cofradía desde joven. Cuando era niño le quitaba a mi padre la túnica, me la ponía como podía y salía en la cofradía. Cuando me casé me hice yo de la cofradía y después mi hijo y este año ya mi hija es cofrade y mis dos nietas también son de la hermandad. Absolutamente toda la familia.

El hombre, además de inteligente y emotivo, es religioso, hay algo que nos lleva a ello

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—Se ha implicado también en la directiva.

—Tenemos dos vicepresidentes y uno de ellos soy yo. Escribimos en la revista, vamos a los actos. La cofradía no solamente es la procesión. Aquí en Zamora somos muy procesionistas pero la cofradía es algo más, una reunión de hermanos que se unen en torno a una figura, en este caso el Cristo de las Injurias, para vivir en cristiano, para tener unos actos litúrgicos a lo largo del año, de los cuales uno es la procesión. Otro es el Triduo, por ejemplo y para hacer obras sociales, para hacer educación cristiana, o sea para varias cosas. Lo que pasa es que el Zamora todo eso se ha desarrollado poco, se ha centrado todo en las procesiones. Y a mi me gustaría que las cofradías cogieran otra vez esas otras labores que creo que son necesarias.

Juan Emilio Antón, durante el fallido juramento del Silencio de 2019. EMILIO FRAILE

—Quitando a lo mejor los hermanos de paso entre sí, ¿hay poca vida interna en las cofradías?

—Hombre, nosotros en la dirección nos reunimos todos los primeros jueves de mes, nos vemos y hablamos. Hemos hecho unas exposiciones, como cuando pusimos el Cristo en la iglesia de la Encarnación con enseres de la cofradía, todo eso para dar realce a lo que es el Cristo, aumentar la devoción al Cristo de las Injurias. Y además de eso hacemos otras cosas, como dar dinero a la gente que lo necesita, las entidades que vemos que hacen cosas buenas y les hace falta. Y también nos gustaría hacer un poco de educación religiosa entre los propios cofrades. Porque muchas veces se ve que es necesario. Una cosa es querer al Cristo y otra entrar en la dinámica del cristianismo activo y eso sí queríamos hacer, pero es complicado.

—¿Como se podría hacer? ¿A lo mejor en el momento de entrada en la cofradía, con algún tipo de formación?

—Pero no al entrar en la hermandad solamente, sino tener abiertos foros de formación por ejemplo, a lo largo del año, que podrían ser en la sede de la Junta o en el Seminario. Pero que los cofrades, la gente que entra y realmente ama al Cristo que tenga más motivos para amarlo.

Cada uno tenemos una visión del Cristo de las Injurias, para mí es un referente

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—¿Las nuevas tecnologías pueden ayudar en ese sentido?

—Si, porque las explicaciones o las charlas no van a ser solamente orales. Con las nuevas tecnologías puedes explicar muchas más cosas y de mejor manera, claro que si, sin duda ninguna.

—¿Como ve la Semana Santa de Zamora?

—La Semana Santa tiene dos facetas muy claras, la religiosa y la turístico cultural. Las dos son muy importantes, porque sin ninguna de ellas podría vivir la Semana Santa. Por eso hay que favorecer a las dos. Y yo estoy en esa línea. Creo que la gente quiere a la Semana Santa. En estos dos años en que no ha habido Semana Santa la gente estaba deseando que saliera, este año está todo el mundo rezando para que no llueva y para que pueda salir realmente, porque los zamoranos amamos nuestra Semana Santa y por dos motivos, porque nos gusta desde el punto de vista físico, de las formas, de los colores, las figuras, la estética que tiene, efectivamente, pero también porque en el fondo todos tenemos una, dos o tres imágenes del Cristo o de la Virgen que amamos, nos gusta verlas, nos gusta mirarla en profundidad y pedirles algo, darles gracias por algo.

—La fe del pueblo.

—Esto es muy importante, la Semana Santa es religiosidad popular. La religiosidad no solamente se vive dentro de las iglesias, y con los curas. Esa es una religiosidad que está muy bien, está fenomenal, es la oficial. Pero la religiosidad popular, la del pueblo es muy válida también, porque el pueblo expresa sus sentimientos religiosos de esa manera y hay que admitirlos y potenciarlos y la Semana Santa es eso.

—¿El Cristo de las Injurias esconde aún muchos misterios?

—En cuanto a la autoría sobre todo. La imagen te dice mucho, según como la mires, en fin, cada uno tenemos una visión del Cristo de las Injurias. Mi padre tenía sobre la mesa una fotografía preciosa del Cristo de las Injurias y para mi siempre fue un referente. Creo que todos los zamoranos tenemos un referencia, del Cristo de las Injurias o de cualquier otra imagen, el Yacente, la Virgen de la Soledad… Pero es importante que vivamos eso. El hombre, además de inteligente y emotivo, es religioso, tiene un algo dentro de su corazón y su cerebro que le lleva a ello.

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