La histórica Hermandad Penitencial del Santo Entierro es el alma, corazón y vida de la Semana Santa de Bercianos de Aliste cuyos orígenes se sitúan hace ya alrededor de cinco siglos. Está declarada Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2014 y Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León desde 2012.

Hombres y mujeres, niños y jóvenes, mayores y ancianos, una comunidad unida para revivir cada año una Pasión de Cristo en esencia pura, devoción y religiosidad, sencillez y bondad, luto y dolor, donde lo humano y lo divino conviven desde antes del año 1.600 con un sobrecogedor Santo Entierro que cada tarde de Viernes Santo rememora la crucifixión de Jesús de Nazaret.

El Cabildo del Santo Entierro lo integran Pedro Pérez Garrido (juez), Manuel Blanco Martín (abad de la cera), Pedro Faúndez Mayo (capellán), Miguel Ángel Rodríguez (mayordomo), Fernando González Rodríguez (presidente), Rubén Pérez Pérez (vicepresidente), Dominga Martín García (secretaria) y Marciano Pérez Blanco, Juan José Lorenzo Blanco, Pedro del Río García y Diego Pérez Pérez (vocales).

La primera referencia documental conservada hasta nuestros días, la tenemos hace ahora 425 años, en tiempos de la pertenencia de las Vicarias de Aliste y Alba al lejano Arzobispado de Compostela, pues fue allá por 1597 cuando se inicio el primer “Libro de cuentas” de la cofradía de la entonces Santa Vera Cruz, que recogió sus avatares hasta el año 1672.

El visitador de Compostela dejó constancia el 19 de septiembre de 1598 que “tiene reglas y ordenanzas por las que se rige”. En 1601 estaban aprobadas por el ordinario y se mandó, con vistas a que los penitentes se enteraran bien y las tuviesen siempre presentes, leerlas en las reuniones de la cofradía una vez al año.

La cofradía del Santo Entierro (antiguamente Vera Cruz y Santo Christo) ha sido mixta desde su orígenes, pudiendo pertenecer a ella tanto los hombres como las mujeres. En la actualidad pueden integrarse en ella solo los nacidos en el pueblo, sus descendientes y los casados con ellos. La edad de entrada está establecida en los 20 años. La persona interesada hace la “pedida de cofradía” y el juramento de entrada tiene lugar tras la procesión de “La Carrera” en la tarde de Jueves Santo. La única cuota a pagar es la de entrada y está establecida en 50 euros.

Los hábitos penitenciales de la cofradía son la túnica blanca de lino y la capa parda alistana de honras y respeto. La indumentaria procesional consigue la indulgencia plenaria “in artículo mortis” al procesionar en el Santo Entierro de Viernes Santo, siempre que no se desacralice al limpiarla o por deterioro. Por este motivo se lava la víspera (Jueves Santo) para que luzca blancura en Viernes Santo cuando vuelve a adquirir la virtud. A la muerte del penitente se convierte en su propia mortaja.

Bercianos de Aliste contaba en 1910 con 275 habitantes: a partir de ahí inició un ascenso fulgurante que le llevó a 373 en 1950, para seguir subiendo hasta los 384 en 1960 y alcanzar su mayor esplendor poblacional en 1970 cuando residían en el pueblo 385 vecinos. Actualmente 124 personas están empadronadas.

Pedro Pérez Garrido Juez del Santo Entierro

En 2022 la cofradía del Santo Entierro cuenta con 218 cofrades entre hombres y mujeres. Dos miembros de una misma familia, abuelo y nieta, son los penitentes más longevo y más joven: David González Sutil nació el día 28 de agosto de 1928 (93 años) y Clara González Blanco el 2 de diciembre de 2000 (22 años). Les separan 71 años y ello refrenda cómo se garantiza el recambio generacional, pues los jóvenes asumen la tradición que heredan des su ancestros.

En diciembre de 1751 la relación de bienes de la iglesia y eclesiásticos de Bercianos mencionaba tres cofradías. La Vera Cruz tenía un rebaño de 40 carneros, 10 ovejas, 4 cabras y 10 machos de cabrío, que producían el esquilmo de 205 reales de vellón al año. El Santo Cristo 20 carneros, 4 ovejas, 100 corderos y un castrón que daban 86 reales de vellón. En cuanto a la de San Cosme y San Damián poseía 16 carneros, 9 ovejas y 4 corderos que daba de esquilmo en cada año dos arrobas y media de lana; más 9 machos cabríos y una cabra. Su esquilmo anual era de 114 reales y 17 maravedíes.

En 1932 la cofradía de la Vera Cruz establecía como nueva norma admitir en ella sólo a los casados y con todos los derechos: ser vecinos y parte del concejo con derecho a quiñones de rozada, leña y comunales. Hoy lo mismo solteros que casados pueden pedir su entrada a la cofradía.

218 hombres y mujeres forman la hermandad actualmente