La Opinión de Zamora

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El Museo de Semana Santa acoge sus últimas procesiones antes de su demolición

A punto de salir a licitación las obras de la nueva sede de los pasos, es previsible que la próxima Pasión no se celebre en el mismo lugar

Imagen virtual del nuevo Museo de Semana Santa. Cedida

“Se hizo posible alzar este singular museo, quizás único en España, que cuenta en la actualidad con 36 grupos escultóricos, túnicas y hábitos de las distintas cofradías y hermandades, gracias al entusiasmo de la gran mayoría de los zamoranos, siendo una visita obligada como uno de los lugares de mayor interés de la ciudad” dice de el Wikipedia. La de 2022 será la última Semana Santa para el actual Museo de la Pasión de Zamora, ya que en breve se espera que salga a licitación la obra que permitirá demolerlo para levantar en su lugar otro más amplio y moderno. Epicentro de las procesiones de la ciudad desde su construcción el Museo de Semana Santa se jubila después de una más que digna vida al servicio de las cofradías, que han tenido allí su sede, sea como depositaria de los pasos o como lugar donde se han celebrado las reuniones decisivas de la Pasión de Zamora.

El Museo tiene colocadas las fechas clave de la historia que más cercanamente le afecta. La del recuerdo de la primera Junta de Fomento de la Semana Santa constituida el 22 de abril de 1897 presidida por el alcalde Ursicino Álvarez que se colocaría justo cien años más tarde; la de agradecimiento a la Cámara de Comercio, la institución que levantó el Museo para la Junta Pro Semana Santa, colocada en 1964, y la de la ampliación, en 1997, con agradecimiento a la Junta de Castilla y León, Ayuntamiento, Diputación y Caja España.

Visita de los reyes Juan Carlos y Sofía en 1997. LOZ

Fue en la reunión celebrada por la la Junta de Semana Santa el día 3 de junio de 1957, con presidencia de Marcelino Pertejo Seseña, cuando se expresa la ineludible necesidad de construir un museo destinado a la conservación y exhibición de las obras de imaginería. Las cofradías guardaban sus pasos en templos, almacenes y paneras que muchas veces no reunían las condiciones más adecuadas, tenían problemas de humedades y riesgo cierto de incendio que podía acabar con el rico patrimonio de grupos escultóricos. Poco después, en el Consejo Rector de 24 de septiembre de ese mismo 1957 se informa de que iba a salir a subasta pública en la casa rectoral de la parroquia de San Juan, el huerto anexo a la iglesia de Santa María la Nueva. El Obispado se lo adjudica en 100.000 pesetas a la Junta, que acuerda entregar la mitad del dinero al momento de firmar la escritura ante notario, el 27 de diciembre de 1957 y el resto en los anualidades más. Fue la Cámara de Comercio e Industrial de Zamora la que se ocupó de construir el edificio, con proyecto de Salvador Álvarez Prieto. El Museo se abrió finalmente al público el 9 de septiembre de 1964. Al Museo se añade un local, el 20 de junio de 1972, para el archivo de la documentación de la Junta y las cofradías.

Los arquitectos que han proyectado el nuevo museo. LOZ

El edificio se convierte en el punto de referencia de las procesiones de Semana Santa. Pero se va quedando pequeño, porque cada ve tiene que acoger más obras.

En 1990 la Junta adquiere una casa con su corral y un solar contiguo, que añaden 435 metros cuadrados al Museo, lo que posibilita la dotación de un salón al público, oficinas, salón de juntas y taller de restauración.

Placa con los hitos del museo: creación de la Junta pro Semana Santa.

Placa con los hitos del museo: creación de la Junta pro Semana Santa. LOZ

El 25 de febrero de 1994 se reinaugura la ampliación del Museo de Semana Santa a cargo del entonces obispo de la Diócesis Juan María Uriarte con asistencia del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, junto a los directivos de la Junta de Semana Santa que entonces presidía Eduardo Pedrero y cofradías. Y tres años más tarde, el 24 de febrero de 1997, la visita de los Reyes, Juan Carlos y Sofía, pone en el mapa nacional el Museo de Semana Santa de Zamora.

Planos del actual Museo de Semana Santa.

Planos del actual Museo de Semana Santa. LOZ

“Se hizo posible alzar este singular museo, quizás único en España, que cuenta en la actualidad con 36 grupos escultóricos, túnicas y hábitos de las distintas cofradías y hermandades, gracias al entusiasmo de la gran mayoría de los zamoranos, siendo una visita obligada como uno de los lugares de mayor interés de la ciudad” dice de el Wikipedia.

El Museo se iba quedando pequeño, pero no sólo era el problema de espacio el que se planteó resolver la Junta pro Semana Santa, que iba a buscar dar un paso más allá, buscando no solo conservar los pasos como Dios manda, sino hacer que Zamora tuviera una referencia de proyección exterior incontestable, a modo de Guggenheim que identificada la ciudad y su Semana Santa en todo el mundo.

Reunión del Consejo Rector cuando se tomó la decisión sobre el nuevo museo. LOZ

No era fácil y durante mucho tiempo se estuvo debatiendo una cuestión vital: dónde colocar el nuevo Museo. Levantar un nuevo edificio en el solar actual tenía el inconveniente del terreno, muy irregular y falto de la adquisición de más inmuebles, cuya consecución supuso unas intensas negociaciones con los propietarios. Había también inconvenientes urbanísticos, que se pudieron solventar con la ayuda de las autoridades que modificaron el plan del Casco Histórico. Se buscaron otras alternativas, como el antiguo colegio de San Vicente de Paúl, conocido como el patronato, el convento de Las Concepcionistas, muy cerca de la Catedral propiedad del Obispado e incluso había una propuesta para ubicarlo sobre el parking subterráneo de San Martín o convertir del colegio de enfrente en el nuevo edificio del Museo. Sin embargo las alternativas tenían grandes dificultades, bien porque afectaban de forma importante a equipamientos públicos, bien porque quedaban bastante a desmano de la mayoría de los recorridos.

Placa con el hito del museo: su construcción. LOZ

Placa con los hitos del museo: su ampliación en en 1997. LOZ

Tras muchos trabajos y cavilaciones la Junta de Semana Santa fue capaz de salir del atolladero, hacerse con los locales, concitar el apoyo institucional y encargar un proyecto museístico previo que diera idea de las necesidades que tenía que satisfacer el nuevo “templo” de la religiosidad popular. El trabajo de sucesivas directivas cristalizó con la primera mujer presidenta de la Junta, Isabel García Prieto, que con el apoyo de la Junta de Castilla y León sacó adelante un concurso de ideas del que saldría la propuesta ganadora de nuevo Museo, nacida de la conjunción de cuatro arquitectos: Alberto Martínez, Néstor Montenegro, Beatriz Matos y Antoni Gelabert.

Se planteó una propuesta de cubo de piedra con dos plantas donde se exponen los pasos con espacio suficiente y con un sentido museográfico que supera la colocación de los pasos actual, por cofradías. Tiene doce metros de altura, frente a los ocho actuales, pero su impacto sobre el entorno de Santa María La Nueva es muy parecido al actual. Y es que por la puerta deben pasar grupos como el de la Lanzada, que mide, con mesa, 5,3 metros de alto.

Visitantes en el interior del museo. LOZ

Con todo listo y el acuerdo político en marcha todo estaba a punto para firmar en marzo de 2020 el convenio de financiación, que por culpa de la pandemia se demoraría hasta diciembre de 2021, con 83 millones de los cuales el 57% los pone la Consejería de Fomento y el resto, a partes iguales (21,5%), Diputación y Ayuntamiento. Se prevé que el Ministerio de Cultura entre en la adecuación museográfica que elevará el montante final hasta cerca de los diez millones de euros.

Licitación de la obra

Ahora mismo el próximo paso es que la obra salga a licitación, con el fin de encargar a una empresa la construcción, cuyo primer paso será el derribo del actual Museo de Semana Santa, que podría producirse este mismo año.

De hecho la Junta de Semana Santa se plantea ya qué hacer con los pasos durante los dos años de obras del nuevo Museo y ha creado una comisión para estudiarlo. El Obispado ofrece los templos, aunque hay quien aboga por dejarlos todos juntos en alguna nave.

Sólo queda esperar que la última Semana Santa del Museo sea la que certifique el esplendor de la Pasión, la resurrección después de dos años de pandemia en la que han cambiado muchas cosas, pero en la que renace como nunca la necesidad de aferrarse a lo de siempre.

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