Un recuerdo imborrable de un sentimiento único. Eso es lo que tienen grabado numerosos zamoranos en su piel a base de tinta con espectaculares tatuajes sobre la Semana Santa de Zamora.
El carácter genuino de Zamora en la espalda de David Apellániz es inequívoco. El rosetón de San Juan se funde con el Merlú. A sus pies, la Catedral de Zamora y, más abajo, La Urna del Santo Entierro que cada Viernes Santo carga sobre sus hombros.
A César Zamarreño siempre le acompañan en su caminar La Verónica, la Esperanza y el Nazareno de San Frontis, al que le apuntaron para cargar antes que en el registro civil. “La Semana Santa me viene desde la cuna”, expresa con más razón que un santo.
Verónica Rodríguez también vive la Pasión desde que nació, literalmente: sus padres la bautizaron con el nombre de Verónica en honor al paso tallado por Ramón Álvarez tras inspirarse en la Venus de Milo. “Tengo muchísimos sentimientos hacia este paso”, reconoce.
De familia semanasantera, tiene 13 tatuajes, dos de ellos relacionados con la imaginería zamorana: la Verónica que luce en su brazo derecho y el medallón de su padre de Jesús Nazareno del año 1996 tatuado a tamaño real en su espalda.
Su tatuador David ha perdido la cuenta de las imágenes que ha dibujado, sobre todo, en su estudio, de la Cofradía del Vía Crucis. “Los zamoranos siempre han tenido devoción y desde que se han normalizado más los tatuajes, la gente busca desde cosas sencillas como algún detalle de la cofradía o algo más elaborado, y cuanto más detalle, más cuesta como las coronas de espinas”, explica.
Precisamente una corona de espinas en manos de la Virgen de los Clavos tiene tatuada en su pierna derecha Ángel López, joven que toca en la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora. “Es una imagen que llevó mi padre y a día de hoy le tengo mucha devoción”, reconoce.
El rostro de la Soledad adorna el gemelo derecho de Marcos Pérez. La silueta de una foto familiar en la que aparecen él, su padre y su hermano corona el hombro izquierdo de Dani Vázquez.
Y el emblema de la banda de Villaralbo sigue “tocando” en el brazo de Jessica Gato: “Ahora vivo en Madrid y cada vez que me preguntan algo de Zamora, siempre nombro la Semana Santa, mi Semana Santa, y enseño el tatuaje”.
