La Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias volverá esta Semana Santa al recorrido tradicional de la procesión, que parte de la iglesia de San Vicente para enlazar con la calle de El Riego, subir San Torcuato hasta la plaza de Alemania, girar por Alfonso IX en busca de Santa Clara, con la intervención del Coro Sacro Jerónimo Aguado a la altura de Santiago El Burgo y el retorno al templo de salida tras el paso por el centro de la Plaza Mayor donde se vivirá el momento cumbre del canto popular de la salve.

La cofradía ha celebrado su primera asamblea postpandemia y la primera que presidía Isabel García Prieto en su nuevo mandato, con Tomás Codesal como vicepresidente y Luis Fernando García y el nuevo capellán, Juan José Carbajo, como secretario en el salón de actos del Seminario, que será en que utilicen las cofradías habitualmente cuando empiecen las obras del nuevo Museo de Semana Santa.

Novedades

Una de las novedades de la hermandad es el anuncio de la creación de una banda de música propia, la Banda de Música de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, dirigida por Víctor Argüello, que se presentará en sociedad con un concierto el próximo 2 de abril en el Teatro Ramos Carrión y formará parte de la procesión del Viernes Santo, junto con la de Tordesillas, los tambores de la cofradía y la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora.

Precisamente esta última formación, la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora, ha sido acreedora del título de Hermano de Honor de Nuestra Madre, junto con Ángel Pérez Rodríguez, quien fuera tesorero de la hermandad y el grupo de Tambores de la cofradía, que salió por primera vez en 1997.

Uno de los mayores problemas que tiene ahora mismo la cofradía es el derivado de las humedades de la capilla de Nuestra Madre, que obligó a sacar las imágenes y cuya solución definitiva pasaría por pasar el retablo de Santa Teresa a la nave central de la iglesia de San Vicente y dejar la capilla como estaba originalmente con la ventana que daba a la calle y que permitía su correcta ventilación para eliminar el riesgo de la aparición de insectos y xilófagos. El problema es que el traslado del retablo cuesta ocho mil euros y las obras de la capilla 26.000 un presupuesto que no puede afrontar la Cofradía pero que la parroquia tampoco puede asumir en su integridad. La idea es que la parroquia aporte en torno a 15.000 euros y la cofradía vaya aportando cantidades en función de las necesidades de la obra, pero habrá que concretar aún cómo se procede.

Durante el balance de actividad de los dos últimos años se puso de manifiesto el esfuerzo de la Cofradía de Nuestro Madre por reforzar su obra social, sobre todo canalizada por la asociación Corazón de Madre para atender necesidades de Cáritas y otras, como el volcán de Cumbre Vieja.