Otro Viernes Santo sin los conqueros recorriendo las calles de Toro. La pandemia global ha impedido por segundo año consecutivo sacar la Semana Santa a las calles y vivir momentos emblemáticos que constituyen una parte esencial del sentimiento cermeño y de la religiosidad de todos los católicos toresanos, como la llegada de los cofrades en la mañana del Viernes a la Colegiata.

Sin embargo, la Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de Campanilla ha hecho todo lo posible por mantener viva esa tradición y ese sentimiento, dentro de lo permitido por las autoridades sanitarias, además de cumplir con todos los actos litúrgicos imprescindibles en los días más importantes del año para un cristiano.

El “Sermón del Mandato” se celebró como cada Viernes Santo, pero en lugar de hacerlo antes del amanecer se pospuso a las diez de la mañana, y se pudo retransmitir por internet para que pudieran asistir todos aquellos cofrades que se quedaron fuera del templo, pues las restricciones de aforo no dejan otra opción, y también para los que viven lejos de Toro y no han podido regresar a su ciudad por Semana Santa por los cierres perimetrales y las restricciones de movilidad impuestas por las autoridades sanitarias con el fin de evitar una cuarta ola de la pandemia de coronavirus.

Un músico toca la corneta desde su balcón en la madrugada del Viernes Santo. | J. N.

No fueron los únicos cambios, los tradicionales toque de corneta esta vez no sonaban a pie de calle, sino desde los balcones, ya a la media noche, recordando a los toressanos que a pesar de todas las dificultades   de salud, económicas y sociales, y a pesar de todo el dolor causado por la pandemia, volvía a ser Viernes Santo en la ciudad de Toro. Que Jesús entiende y comparte su dolor, y que juntos pueden llevar el peso de esa cruz.

A partir de hoy, Domingo de Resurrección, los cofrades toresanos ya ponen su vista en la Semana Santa de 2022, con la esperanza de que vuelva a ser “como las de antes”.