Fernando González Rodríguez es el presidente de la histórica y emblemática hermanad penitencial del Santo Entierro de Bercianos de Aliste, el pueblo que le vio nacer el día 30 de mayo de 1962 y donde desde niño ha vivido y sentido la Semana Santa heredando la tradición y valores de sus padres.

–El presente y el futuro del medio rural se tambalean a causa de la emigración iniciada en los años 70 del siglo XX. ¿Cómo sobrevive Bercianos dentro de la España Vaciada?

–Con dignidad, la esperanza es lo último que vamos a perder, pero a duras penas, como todos los pueblos alistanos. El problema no es que no haya gente, que la hay, sino que tiene que irse por motivos de estudios o de trabajo. Nuestros hijos se van a estudiar y una vez que terminan la carrera la única salida que les queda es buscarse la vida lejos. Aún así aguantamos con 125 empadronados, de los cuales 70 somos varones y 55 son mujeres, cuando iniciamos el siglo XXI siendo 211 vecinos. El pueblo, que en 1910 tenía 275 residentes habituales, vivió su mayor esplendor poblacional en el año 1970 cuando llegó a sumar concretamente 385 habitantes y a partir de ahí comenzó el éxodo rural y en una década bajamos a 218 empadronados.

–Bercianos de Aliste es un pueblo conocido a nivel mundial por su Semana Santa. Cuéntenos un poco de sus inicios.

–Las Memorias del Arzobispado de Santiago de Compostela de el año 1607, bajo cuya jurisdicción estuvieron las Vicarías de Aliste y Alba desde el siglo XIII hasta 1888, asignaba a la iglesia de San Mamés de Bercianos diecisiete feligreses y existía una ermita de la Santa Vera Cruz. Ya en 1752 el Catastro de Ensenada reseñaba treinta y siete vecinos y cuatro residentes. Había entonces en el pueblo dos molinos harineros, dos tejedores de paños pardos, un pescador, un herrero y curra párroco. En 1884 con sesenta y dos vecinos y 264 almas había establecidas tres cofradías: Santa Cruz, Mártires San Fabián y San Sebastián y la del Santo Rosario, además de la asociación de las “Hijas de María”.

–En el siglo XVIII la iglesia parroquial de San Mamed estuvo al borde de la ruina.

–Efectivamente. En la Visita Pastoral del Arzobispado de Compostela del año 1791, el visitador Manuel Cid y Monroy, sentenció y trasmitió al cura Francisco García, un presbítero nacido en Trabazos, y residente en Bercianos, así como a su arzobispo, que el templo tenía necesidad urgente de que con la mayor brevedad posible se compusiese y reparase, pues de lo contrario estaba muy expuesta a arruinarse, a venirse abajo, argumentando que para ejecutar la reparación y evitar los peligros que amenazaba era indispensable levantar la espadaña, cuya obra era bastante costosa y los caudales de la fábrica insuficientes para ella, por lo que se hacía preciso recurrir al patrono, el marqués de Alcañices, haciéndole presente del estado deplorable de la iglesia a fin de que concurriera con alguna cantidad. Aconsejó entarimar la sacristía, por ser demasiado húmeda, levantando el piso, y que para lograr más luces competentes se abriera una ventana. Así mismo pidió poner en mejor forma el altar donde está colocado el Santísimo Cristo del Descendimiento y del Santo Entierro. Ademas aconsejó embaldosar el baptisterio por padecer humedad como la sacristía.

–Antaño era algo muy habitual que las cofradías tuvieran numerosas propiedades y los mismo sucedía en Bercianos.

–Así es. La hermandad de la Santa Vera Cruz que estaba fundada en la ermita de La Cruz, en las afueras del pueblo, tenía ganados que producían 205 reales al esquilmo al año. Por su parte la cofradía del Santísimo Cristo sita en la parroquia tenía veinte terneros, cuatro ovejas y un castrón con una producción anual de 86 reales. Eran cofradías distintas.

–¿Podríamos poner una fecha del inicio a la hermandad y y a la Pasión de Bercianos?

– La fecha real más antigua que tenemos es el 20 de enero de 1536 que se corresponde con el día en que el Papa Paulo III otorgó cerca del Campo Marcio en Roma la Bula a la Santa Vera Cruz. Con lo cual ya han pasado 485 años y estaríamos a solo quince de cumplir el quinto centenario. Tanto cofradía de la Santa Vera Cruz como Santo Entierro eran anteriores, posiblemente de finales del siglo XV.

–¿Qué significa la Pasión de Cristo para Bercianos y para sus acogedoras gentes?

–La Semana Santa es parte imprescindible de nuestras vidas. Desde que naces, siendo sólo un niño ves la devoción con que la viven tus abuelos y abuelas, tu padre y tu madre, llegas a adolescente y ya estás prendado de ella, la sientes como algo tuyo y comienzas a soñar con el día en que entrarás de cofrade y vestirás la Capa Parda Alistana de Honras y Respeto, primero,y la túnica blanca de lino, después. De niño tocas la matrácola por las calles y de mozo llevas el pendón negro y el morado.

–¿Cómo y cuánto ha afectado la pandemia del Covid 19 a vuestra Semana Santa?

–La pandemia está siendo un duro golpe para todo el mundo y también para la comarca alistana, sus pueblos y sus gentes. Nosotros, en la cofradía, desde un primer momento tuvimos claro que los primero y prioritario es la salud de nuestros vecinos y familias. En el medio rural hay mucha gente mayor y población de alto riesgo y no podíamos ni íbamos a poner en peligro sus vidas, por eso decidimos, por unanimidad, suspender todos los actos y así evitar cualquier posibilidad de provocar contagios. Somos conscientes que si celebramos algún acto, aunque fuese en la iglesia y a puerta cerrada, el efecto llamada que tiene el Jueves Santo y el Viernes Santo de Bercianos atraería gente y tendríamos un problema imposible de controlar.

–La antigua Santa Vera Cruz de Bercianos fue pionera en la incorporación de la mujer.

–Así es. La cofradía fue mixta desde sus inicios hace alrededor de quinientos años y podían pertenecer a ella tanto los hombres como las mujeres. Hoy rondamos los 230 cofrades entre ambos sexos y están entrando muchos jóvenes, chicos y chicas, prácticamente desde que cumplen los dieciocho años. En este sentido nos sentimos orgullosos porque el recambio generacional se mantiene y ello ayudará a salvaguardar, por lo menos a corto y medio plazo, la Semana Santa.

–¿Cuál es el proceso y requisitos para ser cofrade a nivel personal del Santo Entierro?

–Para ser cofrade hay que ser nacido o descendiente de Bercianos o estar casado con alguien del pueblo. Hasta los veinte años los hijos e hijas pertenecen a la hermandad solo con ser sus padres cofrades. A llegar a a esa edad pueden solicitar ser cofrade por sí mismos para lo cual un año en Jueves Santo tienen que “Pedir Cofradía” (entrada). La única cuota a pagar es la de entrada: 50 euros. Un año después, tras la Carrera de las Capas Pardas Alistanas de Honras y Respeto, se jura ante el juez y y tras besar la Vara del de la Cofradía se es cofrade del Santo Entierro.

–¿Qué se siente como cofrade y penitente no poder celebrar la Carrera de Jueves Santo y el Santo Entierro de Viernes Santo?

–Tristeza e impotencia, dolor, porque los hombres y mujeres de Bercianos no representamos la Pasión de Cristo: la vivimos.

–La Pasión y muerte de Cristo es penitencia y dolor, ¿qué le pediría este año a ese Jesús de los milagros y a su Madre María que cada año acompañáis en su ultimo viaje hasta el calvario?

–Como cada Jueves Santo y Viernes Santo recordaremos a nuestros fallecidos y antepasados, rezaremos por ellos, aunque lo hagamos desde nuestras casas. Pedimos salud para todos nuestros vecinos y familias de Bercianos, para las gentes de Aliste, de Zamora y para todo el mundo. Que la pandemia del Covid 19 llegue cuanto antes a su final y podamos recobrar nuestras vidas, recuperar la vida social, humana y religiosa y que en 2022 ya podamos reunirnos para celebrar todos juntos la Semana Santa y muy en particular la Carrera de Jueves Santo y el Santo Entierro de Viernes Santo.

–¿Qué es el Museo y Centro de Interpretación de la Semana Santa de Bercianos de Aliste?

– Nuestra intención es que sea el alma, corazón y vida de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret según Bercianos, como la vivieron nuestros antepasados, la vivimos nosotros y queremos que la vivan las generaciones venideras. Nuestra idea es poder abrirlo al público tan pronto como las medidas sanitarias del Covid-19 lo permitan. A ver si para el verano. Para ello contaremos con ayuda del Patronato de Turismo de la Diputación de Zamora para contratar a una persona. El inmueble cuenta con un espacio para velatorio para cuando fallece un vecino, sea cofrade o no, pues de una u otra manera todos somos miembros del Santo Entierro.