Estamos unos pocos, los que permite la ley. Ni más ni menos. Son tiempos duros estos, Señor. Pero están todos contigo, aunque no estén aquí. Desde el pensamiento y en el corazón. Para escuchar lo que quieres decirnos desde la Cruz en el umbral de tu muerte”. El preámbulo de la Meditación de las Siete Palabras pronunciada ayer en La Horta por Luis Felipe Delgado podría servir para prácticamente todos los actos de esta atípica Semana Santa de Zamora condicionada por la pandemia del coronavirus.

Con el guión de las Siete Palabras, las últimas frases que Cristo dijo en la cruz, Luis Felipe Delgado reflexionó en voz alta del valor de una madre, de la fe, la soledad y el miedo a la muerte. “Cuántas veces, Señor, miramos al cielo, acosados por el dolor, mordidos por la desgracia, y no encontramos respuesta, no vemos una salida”.

Pensamientos profundos mezclados con una visión de un mundo que hay que mejorar para acabar con la injusticia: “Esta noche, oyendo tu Palabra, no podemos hacernos los locos. Perdónanos por los ancianos abandonados a su suerte, por los niños hambrientos de amor y de pan. Perdónanos por las mujeres asesinadas por el desamor, por las pateras a la deriva en los mares del hambre, por los seres humanos esclavos de la droga, hundidos en su adicción. Perdónanos por la destrucción de tanta belleza como creaste y malgastamos o pervertimos, por la prostitución de las ideas y de las voluntades que consentimos y a veces instigamos”.

El Nazareno de San Frontis y la Esperanza presiden el Vía Crucis en la Catedral | Nico Rodríguez

En otro punto de la ciudad, la Catedral, la cofradía que por la tarde debería haber salido a la calle, dispuso al Nazareno de San Frontis y la Virgen de la Esperanza sobre una peana en el trascoro y naves laterales para celebrar un sencillo acto a las 19.30 horas, con intervención de las estaciones del Vía Crucis portadas por sus cargadores. El rezo del Vía Crucis, que alternó las voces masculinas y femeninas, iba marcando a cada cargador el camino con sus estación para colocarse en torno a las imágenes de devoción.

La música de la Banda del Maestro Nacor Blanco, adaptada a las necesarias medidas de seguridad y por tanto con una composición reducida de miembros, fue la encargada de poner el ambiente semanasantero en un acto que se abrió y se cerró con las composiciones en su día pensadas respectivamente para el Nazareno de San Frontis o la Virgen de la Esperanza. También se aprovechó el acto para estreno de la nueva composición del músico toresano David Rivas para acompañar el desfile del Vía Crucis, que se debía haber escuchado por primera vez en la Semana Santa del pasado año, pero que la pandemia obligó a retrasar. Y por desgracia tampoco este año ha podido estrenarse en la calle, sino en el reducido acto de la Catedral que, debido a la pandemia, tuvo el aforo limitado.

El Cristo de las Injurias estará expuesto, pero en el interior de la Seo

La Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias, Cofradía del Silencio, expone la imagen del Cristo de las Injurias para su veneración en la Catedral, de 14.00 y las 20.00 horas. No será en el atrio, como estaba previsto inicialmente, la que la directiva ha atendido las recomendaciones de las autoridades sanitarias y dejará la tala en el interior del templo. Todos aquellos fieles que lo deseen podrán venerar al Cristo, cumpliendo con todas las medidas de seguridad como el uso de mascarillas, distancia y aforo. El acceso se hace por la plaza de la Catedral y la salida por la puerta Sur (la del Obispo).

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