L. E.

Los cánticos del coro de la Hermandad Penitencial del Espíritu Santo, pregrabados, precedieron al acto litúrgico del Viernes de Dolores que sustituye obligatoriamente a la procesión que se considera tradicionalmente como pórtico de la Pasión zamorana. Como bien se encargó de recordar en su intervención el capellán, "no debemos, no podemos salir porque nos va la vida en ello", al tiempo que aludía a la fragilidad humana en medio de un mundo aparentemente dominado por la seguridad de las grandes tecnologías. Las preces fueron dedicadas a los enfermos del coronavirus, fallecidos, familias, sanitarios y afectados por la crisis, Se dio lectura breve al pasaje del Evangelio de Lucas que otras veces protagoniza el acto central y el Christus Factus Est resonó, esta vez, entre los muros de la abadía.