Domingo de Resurrección y "dos y pingada" van unidos en Zamora. Igual que las sopas de ajo en el Viernes Santo, las aceitadas durante toda la Semana Santa o las meriendas de Jueves Santo y Viernes Santo. La Semana Santa y la gastronomía se dan la mano y, el "dos y pingada" es ya una tradición muy arraigada en Zamora.

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Zamora disfruta del "dos y pingada"

La tradición se instauró por primera vez en el año 1951, cuando los cargadores de los pasos de Jesús Resucitado y de la Virgen del Encuentro acordaron almorzar ese menú a la conclusión del desfile, pasado el mediodía, tras más de cuatro horas de procesión. El almuerzo se desarrolló en los dos bares que entonces existían en el barrio, La Herminia, ya desaparecido, y el Oviedo, que hoy en día continúa con la tradición y sirve más de doscientas platos. A estos establecimientos se sumaron posteriormente otros negocios de hostelería abiertos en el barrio y ya en el siglo XXI el plato se popularizó y comenzó a ofrecerse también en otros restaurantes de la ciudad, con recetas mas innovadoras que la básica: dos trozos de magro de cerdo, un huevo y una rebanada de pan.