Si hay un postre tradicional en todas las Semanas Santas de España son las torrijas. Pero en Zamora, además, hay otro producto más que no puede pasarse por alto: las almengras garrapiñadas. Un fruto seco convertido en aperitivo dulce que no puede faltar en la semana de Pasión, especialmente a partir del Viernes Santo. Dice la tradición que son los hermanos de la Cofradía de Jesús Nazareno Vulgo Congregación los primeros cofrades que pueden repartir la garrapiñada a los espectadores de fila. Aunque en los últimos años, la garrapiñada ha pasado a formar parte de algunos de los desfiles procesionales de los días anteriores.

En las calles de Zamora, durante los días que dura la Semana Santa, es habitual ver puestos y vendedores de este producto apreciado por turistas y locales. A ellos se suman las tiendas tradicionales de comestibles y productos de la tierra que también se pertrechan de su particular cargamento, acompañando en los escaparates a las aceitadas e incluso a las cañas zamoranas.

Una receta con mucho "mimo"

Nos hemos detenido en uno de esos puestos para retratar el proceso de garrapiñado de las almendras. En este caso, propiedad de un matrimonio leonés que ha viajado desde Ponferrada para vender este manjar en las calles de Zamora.

La preparación es sencilla, pero requiere pericia y mucho "mimo". Los ingredientes son básicos: agua, azúcar y almendra de buena calidad. Sin parar de remover, el fruto seco tiene que irse impregnando del azúcar mientras el agua evapora. La almendra empezará a caramelizar, con cuidado, de no quemar en exceso el azúcar para no estropear el sabor de la mezcla. Finalmente, y con la almendra ya fría, se embolsa, lista para comer.