La Real Cofradía del Santo Entierro no faltó a su cita con los zamoranos en la tarde del Viernes Santo y logró sortear las previsiones de lluvia de días atrás para realizar un desfile que han presenciado miles de personas, zamoranos y turistas. Con un poco de incertidumbre el presidente de la cofradía, Graciliano Hernández, anunció a las cuatro y media de la tarde que la Real Cofradía cumpliría con el que viene a ser su principal fin: la procesión que conmemora el entierro de Cristo. Lo hizo después de dedicar unas palabras de recuerdo a Miguel López Fernández, quien fuera durante más de setenta años el guardián de la Catedral de Zamora, fallecido el pasado Jueves Santo.

El capellán Florencio Gago dio el pistoletazo de salida a la tarde con el tradicional Sermón del Descendimiento. En su alocución, Gago no ha dudado en censurar la comparación que, a su juicio, existe entre la ola de solidaridad por el incendio de Notre Dame, en París, y la falta de respuesta social ante dramas humanos como el de las travesías de los migrantes en el Mediterráneo. "Parece que las piedras son más importantes que las personas", ha apuntado el sacerdote.

Por lo demás, la procesión se desarrolló con normalidad, si acaso con un poco más de "vida" que habitualmente por lo amenazante del cielo en algunas partes del recorrido. Con todo, las previsiones que tenía la cofradía debían de ser muy fiables, pues los responsables ni se inmutaron en momentos en los que el cielo realmente parecía amenazar. Destacable la presencia del Cristo de las Injurias, que este año solo ha procesionado con esta hermandad y no con su Cofradía del Silencio, cuyo desfile se suspendió por la lluvia el pasado miércoles. El desfile del Santo Entierro ha permitido que los zamoranos admiren a una de las imágenes más veneradas de la capital, si no la que más, y que los visitantes se asombren con los espectacular de la talla.

Destacable también que el "Retorno del Sepulcro", elaborado por Ramón Núñez en 1927, ha procesionado por primera vez a hombros de cargadores y no a ruedas, como había hecho hasta ahora. Así, una vez el Cristo de las Injurias se ha quedado en la Catedral, todos los pasos de la cofradía han vuelto a hombros. Los cofrades lucieron por primera vez el nuevo medallón, obra de Fernando Lozano Bordell. Tanto el discurrir a hombros de "Retorno del Sepulcro" como el estreno del nuevo medallón para los integrantes de la cofradía eran novedades que se iban a introducir ya el año pasado, pero que han visto la luz en 2019 al suspenderse el desfile de hace doce meses. Este año, afortunadamente, las previsiones de lluvia no se cumplieron y el terciopelo negro fue protagonista de la tarde del Viernes Santo de una Zamora enlutada.