Los vecinos de Tagarabuena arroparon ayer al Santísimo Cristo de la Vera Cruz durante su traslado procesional por las calles del barrio, en uno de los desfiles más austeros y sobrios, pero a la vez más emotivos, de la Pasión toresana. A la hora fijada para el inicio de la procesión los cofrades abandonaron la iglesia de San Juan Bautista para acompañar, en una fría noche, a su venerado Crucificado, que fue recibido con los cánticos de la agrupación musical La Mayor. La imagen, portada a hombros, procesionó por las calles del barrio custodiada por numerosos vecinos que siguieron a su querido Crucificado en su lento discurrir por las calles de Tagarabuena.