"Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos". Este versículo del Evangelio de San Lucas fue el que inspiró, en 1998, a Antonio Pedrero para crear el "Jesús Nazareno de la Congregación", paso de cuya puesta de largo se cumplen ahora dos décadas y que procesionará en la madrugada del Viernes Santo por las calles de Zamora.

El paso comienza a gestarse, recuerda Pedrero frente a su Nazareno, en la panera de la cofradía con varios alumnos de la Escuela de Arte. Primero se modela en barro, después se trabaja la escayola y por último la madera. En la imagen, Jesús alarga su brazo refiriéndose a las mujeres de Jerusalén y "a toda Zamora". "Por eso tiene más sentido que procesione detrás de las Tres Marías y antes de la Verónica y no después de Jesús Camino del Calvario, como pasó el primer año", apunta el escultor zamorano.

La iniciativa, curiosamente, parte de la compañía eléctrica Iberdrola. Fue esta empresa la que propone a la Congregación, presidida entonces por Eduardo Pedrero (hermano de Antonio) la realización de la imagen, y también la que realiza el encargo a Antonio Pedrero. "Era necesario porque la cofradía de Jesús Nazareno no tenía un nazareno. En tiempos esa función la cumplió Jesús Camino del Calvario, pero después se añaden los soldados y deja de ser un nazareno. La Caída y Redención tampoco lo son, aunque sean imágenes inigualables", apunta Pedrero.

El paso recibe la visita de cofrades y zamoranos en la panera de la Congregación antes de su bendición. La posición de los visitantes, de forma mayoritaria a favor, no oculta algunas críticas a la imagen. La más socorrida, a la mano. Demasiado grande, se dijo entonces. Pedrero lo reconoce hoy. "Es por la perspectiva. Yo trabajo con una escultura a 40 centímetros de mí y esto cambia cuando se eleva dos metros", asegura. Con todo, Pedrero recuerda que "personalmente, me gustan las imágenes con las manos y los pies grandes".

El Nazareno de la Congregación se bendice el martes 23 de marzo en la Plaza Mayor. Pedrero recuerda el acto con orgullo. "Lo estrenó mi hermano Lili, que era conductor del Cinco de Copas y Eduardo, que era presidente, lo llevó entonces al desfile", apunta el artista. Los 36 hermanos de paso lo llevaron, tapado, hasta la plaza, donde fue descubierto para después retornar al Museo de Semana Santa, donde permanece desde entonces todos los días salvo en la madrugada del Viernes Santo.

El paso ha tenido numerosos "motes", sobrenombres que corrieron como la pólvora entre los semanasanteros de hace veinte años y que todavía hoy se conservan. Uno de los más divertidos, el de "pelotari" -que puso un zamorano anónimo durante la exposición de la imagen en la Panera de Jesús Nazareno- hace referencia precisamente al tamaño de la famosa mano. También surge hace dos décadas el apodo de "chulín" al comentar un hermano en la asamblea que dio el visto bueno a la imagen que Jesús, con su postura, parecía "un poco chulín". Sea como fuere, el Nazareno es una imagen querida en el seno de una cofradía que también debe a Pedrero la estatua de uno de sus iconos, el Merlú, en la puerta de la iglesia de San Juan, punto de inicio de la peregrinación del Viernes Santo.