Al atardecer del Martes Santo el Mozo de San Frontis inicia el camino de regreso al templo del arrabal como figura principal de la procesión de Jesús del Vía Crucis. Arropado por los centenares de cofrades blancos y morados, el Cristo salió de la Catedral por Antonio del Águila, Obispo Manso y Arias Gonzalo para enlazar por la Rúa del Silencio con el recorrido tradicional de las Rúas de los Notarios y los Francos. Es el itinerario provisional que tuvo que diseñarse el pasado año como consecuencia de la existencia de un edificio en ruinas en la Rúa de los Notarios y que ésta, como otras cofradías de Semana Santa ha adoptado como definitivo. No es el caso de su cofradía hermana de la Virgen de la Esperanza, que llegará el Jueves por la mañana a la Catedral por la Rúa, como siempre.

Procesión de Jesús del Vía Crucis

Procesión de Jesús del Vía Crucis

Salió la procesión como en los últimos años, con la banda de cornetas y tambores que precede al Barandales, Jesús Rodríguez, y la cruz de guía de la hermandad. Es la punta de lanza de la comitiva, que coloca como primeros símbolos las cruces del Vía Crucis, realizadas con los paños de una antigua mesa y que proporcionan una estética muy adecuada a esta procesión.

Salió primero el Cristo del Via Crucis de la Catedral, adornado con flores moradas y rojas. Es esta imagen del siglo XVII el protagonista del desfile, un cristo nazareno concebido de tal forma que muestra la cara aunque se le mire por el lado en que lleva la cruz. La Banda de Música del Maestro Nacor Blanco recibió la talla con los acordes del himno nacional.

Es esta una cofradía con música propia, ya que tanto en Nazareno de San Frontis como la Esperanza tienen marchas dedicadas, compuestas específicamente en su honor.

Al final del desfile salió la Virgen de la Esperanza, rosario en la mano, que estrenaba vestido blanco, donado por una hermana y que lucía ya este Martes Santo, que es cuando se prepara ya también para el desfile del Jueves. El paso de la Virgen de largo manto verde, adornado con flores violetas y blancas, estuvo acompañado musicalmente por la Banda de Música de Zamora.

Detrás de la Virgen, a la que acompaña capellán y autoridades, van aún otros elementos de interés, como el antiguo farol o la curiosa banda de cierre de tambores compuesta en un alto porcentaje por niños de cortísima edad, que ya maman desde pequeños lo que es salir en una procesión de la Semana Santa Zamorana. Jesús del Vía Crucis completó un recorrido lleno de puntos de interés: el caminar por las rúas, el paso por Santa Lucía, la despedida de Cristo y su Madre tras el Puente de Piedra, ya que parte una hacia Cabañales y el otro a San Frontis o el rezo del Vía Crucis a lo largo de la avenida del Nazareno.