Noche de Martes Santo, las Siete Palabras están en la calle y en la calle de los Herreros surge una "procesión" de jóvenes que desfilan de bar en bar, yendo de estación a estación hasta intentan completar el otro Via Crucis de Zamora, el que consiste en ir de bar en bar bebiendo un chato de vino, de cerveza o de sangría.

La tradición, aunque reciente, se ha consolidado en la noche zamorana al igual que el botellón del Jueves Santo. Centenares de jóvenes salen de sus casas con una taza o vaso personalizado, cada año más elaborado como signo identificativo del grupo que irá bajando... o subiendo por la calle de los Herreros. Hasta para este tipo de tradiciones tiene Zamora dos vertientes que se acaban cruzando en el medio de la empinada cuesta.

Esta tradición puede ser nociva para la salud de los participantes y es por ello que desde las asociaciones de alcohólicos rehabilitados aconsejan realizar un "consumo moderado y responsable" durante la noche del Martes Santo para que el Vía Crucis de Herreros sea un pasatiempo que "no cause perjuicios propios para el participante ni para el civismo".