Fue el pregón de Eva Crespo un alegato a favor de una Semana Santa muy querida pero también aprovechó para lanzar varios mensajes a favor de enfatizar el valor de estos días de Pasión. Desde el estado de algunas calles por donde pasan la mayoría de los desfiles -"no quiero volver a ver cómo se derrama, cascote a cascote, el casco antiguo de esta ciudad", lamentó- hasta propiciar que los niños disfruten de estos días sin tener que ir a clase. "Cuando era pequeña teníamos vacaciones esa semana", recordó. También apostó por la unión de las cofradías, aunque cada zamorano tenga su predilecta por tradición familiar o simple cariño. "Todos unidos, deberíamos mantener el esplendor y la esencia de la Semana Santa porque la grandeza, al igual que la dignidad, no la aportan las cosas, sino las personas". Además, "en el presente lo que no puede haber es menosprecio, y menos si hablamos de fe. Para que nuestra tradición tenga futuro hay que respetar la esencia del pasado y adaptarla bien, sin que desmerezca nada, pero de forma que vaya acorde con la vida y esta ha cambiado", explicó. También quiso hacer un guiño a la profesión periodística en estos días de intenso trabajo, dedicando su pregón "a esos periodistas y cámaras, cuyos textos y planos también son Semana Santa, una que se graba en la retina y que traído aquí para compartir con todos", confesó.