Se puede afirmar que Villaralbo casi amaneció ayer con el recibimiento a La Borriquita. Y todo por los aprietos del párroco, Miguel Ángel Hernández, obligado a atender también a las parroquias de Moraleja, Villalazán y Madridanos (a lo que se sumó un entierro por la tarde). Tal es la razón de que a las diez de la mañana ya estuviera en la calle la procesión del Domingo de Ramos y los cofrades de Jesús en su entrada en Jerusalén y Triunfal de Resurrección desfilando con sus túnicas de blanco raso y caperuz rojo.

También fue novedoso este año el recorrido, comenzando a las puertas del cementerio municipal (en lugar de la iglesia), para terminar en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Un recorrido de apenas una hora, con el acompañamiento de la Banda de Música Maestro Nacor Blanco junto a la de Cornetas y Tambores "Jesús Nazareno", sin desmerecer la brillantez de la cofradía que ayer estrenaba un pendón de difuntos regalado por Juan Manuel Bragado y Estefanía Molina, mayordomos del año pasado. Un pendón que saldrá tanto el Domingo de Ramos como el de Resurrección y que lucirá un crespón negro cuando muera algún hermano de la cofradía. Con 128 hermanos, la cofradía de Jesús Triunfante es también la más joven, tanto por su media de edad como por su fundación, en 2010.