El sentido pregón de la Pasión iba hacia su fin y la Semana Santa de Bercianos enmudeció para iniciar su camino ante los sobrecogedores y emotivos versos de Celedonio Pérez Sánchez, una plegaria al Cristo Crucificado nacida para perdurar en el tiempo y en las memorias, por y para las acogedoras gentes de Bercianos: "Muerto dicen que vas, pero es mentira / que te he visto llorar entre cristales. / Qué castigo, por Dios, todos los años / morir cuando renace el fresno / y la primavera se enrosca en el Aliste. / Esta tierra tan dura se entristece / cuando vas de la cruz hasta la urna / y yacente te llevan al Calvario. /

La emoción de apoderó de los adolescentes y de los ancianos, de los hombres y de las mujeres: "Bercianos se entierra en Viernes Santo / y acompaña al hermano más querido, / tarde de luto blanco, de pesares, / de amortajados campos, de recuerdos. / Misericordia, Señor, cuánta injusticia / prendida en el albur seco del tiempo. / Deja solo que un año en vez de entierro / te llevemos andando hasta la vega, / a enseñarte los prados, los negrillos, / que veas correr el agua entre las piedras. / Queremos que vivas con nosotros, / que hagas la sementera del centeno, / necesitamos verte en nuestras tierras, / sentir que santificas nuestra vida, / que contigo no vamos a morir nunca / ni tampoco el perfil de nuestro pueblo. / Santísimo Cristo aparta de esta tierra / la amenaza del vacío, de la despoblación, / que sintamos siempre el mismo sol / que dio cobijo y fuerza a nuestros padres".

Elevemos plegarias al Señor para pedirle que mantenga viva la sociedad rural, que no deje que los pueblos se diluyan por la gatera del olvido, que preserve la cultura agraria como símbolo de riqueza y variedad, además de cofre de las enseñanzas de nuestros antepasados. Es nuestra obligación y responsabilidad mantener vivo un universo que ha regido la vida humana desde el principio y que ha servido para hacer preguntas y dar respuestas sobre nuestra condición. Es preciso agarrarnos a la fe católica para creer en la resurrección y demandar pueblos llenos de vida. Roguemos al Señor para qué Bercianos bulla todo el año como lo hace la tarde del Viernes Santo.