Bajo un cielo despejado, las estrellas que adornan el manto de la Virgen de los Dolores alumbraron la devoción que los toresanos profesan a la imagen que ayer fue el centro de todas las miradas, durante el primer desfile procesional de la Semana Santa. Tras la decepción que el pasado año embargó a asociadas y devotos por la suspensión del desfile como consecuencia de las lluvias, en la noche de ayer la Virgen de los Dolores, imagen que recuerda a una apenada madre sumida en el dolor, volvió a procesionar por las calles de la ciudad.

Cargadores, asociadas y devotos vivieron con emoción y nervios los momentos previos al inicio del desfile en la iglesia de San Julián de los Caballeros. En el exterior del templo se congregaron numerosos toresanos que anhelaban reencontrarse con la mirada serena pero suplicante de la imagen y para escuchar de nuevo su himno, "Solo por amor", que José Manuel Chillón regaló hace dos años a la cofradía y que, ayer, volvió a interpretar la Asociación Musical "La Mayor".

La melodía, con la que su autor pretendió transmitir el sufrimiento de una madre por la irreparable pérdida de un hijo, dio paso a la procesión en la que la Virgen, portada a hombros, inició su pausado recorrido por las calles de Toro, custodiada por las hermanas de la Asociación Nuestra Señora delos Dolores, algunas de ellas ataviadas con mantilla, y por los numerosos toresanos que, de luto, quisieron compartir su pena. La Banda de Música La Lira acompasó el desfile que discurrió por las calles San Lorenzo el Real, plaza Bollos de Hito, Puerta del Mercado, Santa Marina y calle El Sol, y que regresó al templo de salida. La imagen de la Virgen de los Dolores es una de las más antiguas de cuantas procesionan en la Semana Santa de Toro y fue esculpida en 1792 por el polifacético escultor local Felipe Gil.

El bello y sereno rostro de la imagen conmueve a todos aquellos que tienen la oportunidad de admirarla y que, a pesar de la tristeza que empaña su mirada, transmite entereza y resignación, sentimientos que afloran cada Viernes de Dolores en la ciudad y que emocionan a los toresanos, en especial, a aquellos que intentan superar el duelo por la pérdida de un ser querido.