En una mañana desapacible con frío y viento, en algunos momentos intenso, la Virgen de la Esperanza regresó a su casa, a la capilla de San Pablo del primer templo diocesano donde habitualmente recibe culto, tras permanecer desde la noche del Martes Santo en el convento de las Dominicas Dueñas de Cabañales.

Pese a que el tiempo invitaba a permanecer a cubierto, miles de personas salieron a las calles para acompañar como cofrades de fila a la imagen que hiciera Víctor de los Ríos en el año 1950.

La banda de cornetas y tambores de la Cofradía Virgen de la Esperanza marcó el inicio procesión y el avance hacia la margen derecha del Duero. El paso por el Puente de Piedra, como sucede muchos Jueves Santos, representó una prueba de fuego para los hermanos que llevaban los estandartes, para Barandales así como para algunos hermanos, cuyas capas comenzaron a volarse, y para hermanas, que tuvieron que sostener sus peinetas y mantillas.

Los hermanos y las hermanas avanzaron hacia Balborraz donde miles de personas esperaron, incluso desde antes de la salida de la procesión, para presenciar una las estampas más bellas de la Semana Santa de Zamora. La Virgen, bellamente ornamentada, ascendió lenta por una de las calles más singulares de la ciudad. Los pasos cortos de los cargadores al ritmo de "La Saeta", interpretada un año más por los músicos de la Banda de Música maestro Nacor Blanco, engrandecían el ascenso de la imagen. Un desplazamiento inmortalizado por cientos y cientos de móviles y compartido ayer por muchos semanasanteros.

Y mientras que la Virgen ya enlazaba con el casco antiguo, las primeras hermanas, entre las que se encontraban muchas niñas incorporadas para acompañar a la Esperanza en el último tramo del desfile, ya ocuparon la rúa de los Francos donde algún cofrade de acera preguntaba a otro: "¿Es esa la bandera que estrenan?" al ver pasar una bandera blanca con el anagrama de la cofradía más joven de Zamora al ser antes una sección de la Cofradía de Jesús del Vía Crucis. Se suceden la plaza de los Ciento y las calles nuevas del recorrido, añadidas por los problemas que presenta un edificio en la rúa de los Notarios.

La Virgen recorrió los últimos metros hacia la seo entre la arboleda de la plaza de Antonio del Águila y ya en la plaza de la Catedral la banda de cornetas y tambores le rindió tributo con la Salve, mientras que los músicos de Nacor le interpretaron "Esperanza de Zamora" para luego entonar los presentes la Salve al acceder al atrio la Esperanza.