El clima marcó parcialmente el Viernes Santo. Las predicciones de lluvia se consumaron por la noche pero no afectaron a la mañana. Benavente amaneció bajo un frío cielo azul y la Cofradía Jesús de Nazareno pudo procesionar.

Este ha sido año de relevos y de cambios para Jesús Nazareno, la primera vez que la cofradía procesiona sin el que fuera su capellán, Leovigildo Martín, que ha sido sustituido por jubilación por el párroco de San Juan del Mercado, César Salvador. La procesión cumplió un año más las estaciones del Vía Crucis. Jesús Nazareno por la Rúa y la Virgen de los Dolores por la Herreros. Las dos imágenes se encontraron en la plaza Mayor dónde se reprodujo la ceremonia de la Venia y el Encuentro. A diferencia del pasado año, los dos pasos se situaron uno frente al otro en el centro de la Plaza Mayor, mientras sonaba el Miserere de Allegri, aquel que encargó el Papa Urbano VIII para hacer sonar únicamente en la Capilla Sixtina so pena de muerte, y que Mozart transcribió en un viaje a Roma tras escucharlo una sola vez.

El clima no fue benigno con la Cofradía del Santo Entierro. La cofradía había decidido salir y así lo anunció su presidente a través de la megafonía instalada en el exterior de la iglesia de Santa María, tras la actuación de la Coral Benaventana. Llegado el momento, un frío chubasco de agua nieve forzó la suspensión de la procesión.

Los cofrades cubrieron rápidamente con plástico el paso de San Juan y la Virgen, el único que habían sacado al exterior. El resto estaba a cubierto. La Cofradía del Santo Entierro decidió recogerse en Santa María rememorando La Magna Procesión del Santo Entierro fue rememorada a través de una pantalla de plasma, entre rezos de cofrades alusivos al Evangelio y actuaciones de la Coral Benaventana y la Banda de Música Maestro Lupi. La iglesia de Santa María se abarrotó de público.