"En apenas siete días, una ciudad y una provincia cuelgan la rutina diaria y se envuelven en unos ropajes que, según como sean los ojos que miran, pueden tener unos u otros significados". El sociólogo zamorano José Manuel del Barrio Aliste, decano de la facultad de Ciencias Sociales de la USAL, fue el encargado este año de pregonar la Semana Santa, dentro del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, haciendo hincapié en el valor de las personas para mantener esta tradición religiosa.

"Una de las riquezas de nuestra Semana Santa es que Zamora se convierte en un escenario donde se recrea el pasado, se vive el presente e incluso muchos se atreven a imaginar el futuro. Un escenario que no se reduce a reproducir los desfiles procesionales y los actos litúrgicos, sino que, como todos sabemos, es mucho más", apuntó el pregonero al público que se acercó al paraninfo del Colegio Universitario.

Quiso hacer especial hincapié José Manuel del Barrio en el factor humano de la Semana Santa zamorana, que comienza por una "transformación radical" durante estos días. "Somos irreconocibles. Es fácil comprobarlo cuando uno pasea por las calles de la capital y observa el paisaje humano que deambula de un lado para otro buscando un hueco o una esquina para ver la procesión de turno".

En este sentido, Del Barrio -quien se describió como "un semanasantero de acera", ya que no pertenece a ninguna hermandad ni cofradía- se preguntó durante el pregón cómo es posible que la ciudad sea capaz de "sacarle tanto partido" al recurso de Semana Santa "y que, sin embargo, nos cueste tanto trabajo obtener el mismo jugo a recursos similares o de otro tipo, tan abundante en estas tierras: paisaje, gastronomía, tradiciones o patrimonio", enumeró. Él mismo dio la respuesta. "En mi modesta opinión, esto solo es posible por la fuerza del capital social de las cofradías, de las familias, de las instituciones públicas y de las entidades privadas", sugirió. "Sin un ambiente que anime, aplauda conserve y fomente las redes sociales que propician lo que los sociólogos denominan capital social, manifestaciones como la Semana Santa no se darían, o mejor dicho, no tendrían la relevancia personal y colectiva que tienen entre nosotros", justificó.

Tras el pregón de José Manuel del Barrio, el broche musical a esta cita que anuncia la Semana Santa en Zamora en el foro del periódico, la puso la Banda de Tambores y Clarines de Jesús en su Tercera Caída, dirigida por Alejandro Calles Martínez, que sirvió como colofón y preludio de los días que están a punto de vivirse en Zamora.

Recuerdos

Aprovechó el pregonero en su intervención a enumerar algunas de las procesiones que le remueven por dentro. Así, comenzó por la Hermandad Penitencial de Nuestro Señor Jesús, Luz y Vida, que significan "sobre todo, revivir los recuerdos de quienes me han acompañado durante toda mi vida y que ya no están, al menos físicamente, a mi lado: mis padres, mis familiares y mis amigos del alma".

Del Barrio pisa con otra mirada los barrios bajos de la ciudad con la salida de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. "La plaza de Santa Lucía se convierte en un escenario perfecto para que todos los zamoranos, guiados por los cánticos de los cofrades, hagamos penitencia que nunca viene mal pararse en mitad del camino a reflexionar sobre lo que somos y hacemos en nuestra vida cotidiana", sugirió.

"Para este pregonero, que suele observar la vida cotidiana con ojos críticos y siempre abiertos a lo que dicen o hablan los demás, el acto del Juramento del Silencio es una ocasión única para interpretar una de las dimensiones fundamentales de la vida social: el poder; esto es, hasta qué punto lo religioso, lo civil y lo profano se juntan en un mismo acto para expresar el algo que hemos sido, lo que somos y lo que nos gustaría ser a los zamoranos. Es un momento muy especial y de compleja interpretación", indicó sobre la procesión del Miércoles Santo.