El comunicador Sergio Martín ofrece hoy el pregón oficial de la Pasión en el Teatro Ramos Carrión.

-Pregona hoy la Semana Santa en la ciudad.

-Ya en la comida posterior al pregón que di en Madrid el año pasado me comentaron que seguro que me ofrecerían el de Zamora. No obstante, la primera persona que me hace un sondeo para ver si quiero realizar el pregón del Club La Opinión-El Correo de Zamora fue su responsable, Carmen Ferreras, pero también contactaron conmigo desde la Junta pro Semana Santa a través de su entonces presidente Antonio Martín Alén quien me dijo que contaban conmigo para el pregón de Zamora. Cuando presenté mi libro en la ciudad me confirmaron que iba a ser el pregonero y cuando regresé a Madrid lo comencé a preparar.

-Ofrecer el de la capital ¿incrementa la responsabilidad?

-Sí, sin duda. Cuando uno conoce bien Zamora se es consciente de que el pregón oficial en Zamora es importante para mucha gente. Además hay que tener presente que hay que ser muy riguroso en lo que concierne a la Semana Santa y todo lo que hay alrededor. Mi experiencia en Madrid me ha hecho darme cuenta de que hay un género literario detrás y que me han precedido personas muy importantes. Soy consciente de que hay personas que saben mucho más que yo de la celebración y cuando me puse a escribir tenía claro que iba a ser honesto y a dar mi propia visión. A partir de ahí me he documentado para que cada dato que ofrezca sea correcto y estoy muy contento por una colaboración para la edición del pregón.

-¿De quién es?

-Francisco Somoza me ha cedido unas acuarelas para ilustrar la publicación del pregón. Cada cosa que voy contando está acompañada de una de sus maravillosas acuarelas.

-Su intervención ante el auditorio semanasantero será la de un cofrade de acera.

-La expresión no me gusta mucho porque siempre he pensado una de las cosas que tiene la Semana Santa de Zamora, y que la hacen única, es que la gente de la ciudad participa como uno más, de ahí el silencio al paso de los desfiles. Yo siempre me he sentido partícipe de la Semana Santa pese a no ser cofrade. La Semana Santa forma parte del hilo musical de nuestras vidas. En mi caso recuerdo que mis padres me mandaban callar cuando llegaban las procesiones y años más tarde era uno el que mandaba callar a los demás. Compartiré mi visión de la Semana Santa para tocar la fibra de la gente porque yo tengo un recuerdo de Resurrección, La Mañana o del Domingo de Ramos basada en una experiencia muy personal, pero cuento con que cada persona que esté sentada también tendrá sus vivencias. La Semana Santa en Zamora es especial, por datos objetivos como que es BIC, declara de Interés Turístico Internacional o porque tiene una imaginería fantástica, pero también porque habla de nosotros.

-¿Qué echa en falta en las celebraciones?

-En general en la vida, el respeto a lo que para otros es importante aunque para ti no lo sea. Zamora durante la Semana Santa es un ejemplo de respeto porque cada uno vive los desfiles desde una posición, unos desde la fe católica y otros desde la tradición. A veces me preguntan que si en Zamora somos todos muy religiosos y la respuesta que doy es que unos sí pero otros, no. La Semana Santa tiene que ver con nuestra cultura y con nuestras tradiciones. Puedes estar tomándote una caña con los amigos y unos optan por ir a ver el desfile y luego reincorporarse, y otros no.

-Su contacto con el ámbito semanasantero ¿ha cambio su visión de la celebración?

-Ante todo me ha proporcionado tener más conocimiento de datos. He podido conocer costumbres de los cargadores, qué significa para ellos ser hermano de paso o el tiempo que pueden esperar hasta llegar a cargar La Soledad o La Verónica, que eran aspectos que no desconocía. El año pasado los hermanos de las Capas Pardas me invitaron a estar en la iglesia de Olivares en el momento de la salida y vivir la sensación de orgullo de pertenencia.

-Su momento de la Pasión corresponde a?

-Al Miserere en la plaza de Viriato, que año tras año descubro aspectos nuevos y que me sigue poniendo los pelos de punta. Desde el punto de vista estético el momento en el que el Cristo Yacente accede con el público en silencio, las luces apagadas y comienzan a cantar los hermanos. Esos tres minutos que dura la entonación desde el punto de vista estético son inigualables. También me gusta mucho las Capas Pardas porque se trata de un desfile muy diferente al resto además oír las carracas y al Bombardino al lado del Duero tiene una magia especial. El Juramento del Silencio es impresionante y quizá por su significado el Baile del Cinco de Copas en San Juan porque supone el inicio de un largo recorrido con la dureza que conlleva volver a arrancar una procesión desde el descanso en las Tres Cruces.

-Desde su punto de vista, ¿se conoce suficientemente fuera?

-No, no sin lugar a dudas. Hay algo de orgullo patrio al defenderla, pero cuando cuentas a gente que no ha tenido interés por la Semana Santa que junto con la de Sevilla, que todo el mundo conoce, Zamora es una de las Pasiones más grandes de nuestro país, se sorprenden. Creo que ahí sigue habiendo un trabajo enorme por parte de los zamoranos que tenemos que luchar por reivindicar una presencia en los medios de comunicación que nos corresponde por derecho propio. Además creo que tenemos que hacer una reflexión sobre por qué teniendo una Semana Santa de primer nivel no tenemos esa presencia en los medios de ese nivel. Estamos infrarrepresentados en los medios de comunicación nacionales cuando se habla de Semana Santa. Sería necesario cambiar esto si se quiere optar a la candidatura de Patrimonio Inmaterial de la Unesco, un reconocimiento que creo que está justificadísimo. La Semana Santa es sentimiento, son olores, es el ambiente en la calle tanto de día como de noche que no se da el resto del año, es una semana para unos de vacaciones, para otros de procesiones y para otros de devoción. Estos aspectos los tenemos que poner en valor más allá de que técnicamente un experto certifique la calidad de su imaginería. Además hay que salir y pelearlo.

-Y ¿cómo ve esa pelea?

-Es muy complicado defender que eres una potencia en algo cuando no lo eres en otros aspectos. Ahí está la labor de las administraciones y de quienes trabajan en las cofradías y en la Junta pro Semana Santa pues al final se trata de un trabajo de promoción turística de una ciudad que tiene, entre otras joyas, una elevada concentración de Románico y que está a hora y media en AVE de Madrid.