Fernando Lorenzo Martín se ha convertido por méritos propios en el "cura viajero", un sacerdote joven y muy activo que cada día vive parte de las 24 horas en su coche, sobre el asfalto, para que todos sus pueblos puedan tener los actos religiosos. Su intensa y acertada labor tiene su recompensa, pues sus feligreses reconocen su esfuerzo y aseveran "es un cura muy bueno y muy trabajador siempre dispuesto, se ha ganado la confianza y el cariño de todos, niños, jóvenes y mayores. Fernando es especial". Con él, la Palabra de Dios va sobre ruedas.

Tras su ordenación sacerdotal fue destinado a la Unidad de Acción Pastoral de Valer de Aliste en cuya casa rectoral reside, llevado también a los pueblos de Domez de Alba, Gallegos del Río, Puercas, Flores, Fradellos, Bercianos y San Vicente de la Cabeza. Posteriormente se le añadió la UAP de Sarracín (Campogrande, Palazuelo de las Cuevas, Villarino Cebal, Las Torres y Cabañas), por lo que ahora lleva un total de 14 parroquias.

Fernando, toresano, es además de párroco de las Unidades de Acción pastoral de Valer y Sarracín, el director de Cáritas Arciprestal de Aliste, director del Campamento "Como Enanos" y coordinador de las peregrinaciones y viajes del Arciprestazgo de Aliste y Alba con 84 parroquias y 9.743 feligreses. A cada uno de los 8 sacerdotes le corresponden unos 1.217 habitantes.

En Semana Santa la cosa es complicada, pues todos los pueblos tienen actos y además es el capellán de la cofradía del Santo Entierro de Bercianos.

El Domingo de Ramos ofició hasta 6 misas y otras tantas procesiones. Hoy igual. El Viernes Santo vivirá la jornada más atareada del año: a las 10 estará en Cabañas para seguir luego por San Vicente (11), Valer (13), Bercianos (Santo Entierro 16.30), Palazuelo de las Cuevas (20.30) y Bercianos (Virgen de la Soledad a las 22 horas). Sin desfallecer.

Ante tal cantidad de pueblos desde Madrid llegará Pedro García González, el pregonero este año de la Semana Santa de Bercianos que le echara una mano, junto a Isabel -una monja del Amor de Dios- y los celebrantes de la Palabra: entre ellos Feliciano (Las Torres) y Teo (Valer).

"Estos días son especialmente intensos pero con ayuda, especialmente la de los celebrantes, es bastante llevadero, aunque obviamente hay bastante carga tanto de culto como de procesiones. Sales de casa por la mañana, si hay suerte vuelves para a comer y si no siempre alguien te invita a comer algo por ahí, y ya vuelves tarde, a media noche. El jueves después de la Horas Santa llegaré a casa sobre las 12 de la noche y el Viernes Santo parecido. Un día bonito es la Vigilia Pascual que celebramos juntos los pueblos de cada Unidad de Acción Pastoral, los de Valer en Domez y la de Sarracín en Pazuelo. Son días con bastante carga, pero se disfrutan con intensidad después de todos los preparativos", manifiesta Fernando camino de Sarracín.