Con seriedad y rectitud castellana, los miembros de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Jesús Nazareno, y algunas damas de la Soledad estrenaban uno de los Jueves Santos más brillantes de la historia reciente de Villalpando escoltando a las imágenes de San Juan, la Santa Vera Cruz, Jesús Nazareno y la Soledad en su traslado desde la iglesia de San Pedro hasta San Nicolás, donde Jesús y su madre descansarían hasta la hora de emprender el camino hacia el Calvario.

El estandarte de la cofradía decana de la Pasión Villalpandina abría el cortejo de hermanos y hermanas engalanados, como manda la ocasión, con capa castellana y corbata negra, a pesar del calor que arreciaba sobre la villa terracampina, más propio de una tarde de estío que de un mediodía primaveral.

Por el centro de la calle Real avanzaba la pequeña imagen del apóstol San Juan, la cruz de Cristo, desnuda pero adornada con una buena cantidad de flores blancas, y el Nazareno que avanzaba lentamente al ritmo de las marchas procesionales de la banda de su cofradía, cuyos músicos dieron buena muestra del nivel de virtuosismo alcanzado en los últimos tiempos. Era la primera vez del año que el Nazareno salía a la calle, y su bailar impresionaba a los más pequeños y emocionaba a muchos de los mayores que al paso del Redentor revivían el recuerdo de los antepasados que ya no están con ellos, sino con Él. La Soledad, con la expresión en el rostro propia de una madre que pierde a su hijo, cerraba la procesión que daba la vuelta a la plaza de San Andrés para remontar la Amargura, la amargura de la soledad, hasta llegar a la plaza de la parroquia, donde a la llegada del Nazareno la banda daba por terminada la procesión con el toque de oración.

Esta mañana se celebrará la procesión del encuentro a las 9.30 horas y la del Santo Entierro, con su sermón de la Soledad, a las 21,30 horas. El domingo la procesión de la Resurrección comienza a las 11,30 horas.