Chany Sebastián

Fernando Lorenzo Martín abrió con sus palabras la eucaristía de la Cena del Señor. Las voces de los hombres y mujeres de Bercianos de Aliste entonaron el Gloria, ese canto que da paso de la alegría de la vida a la tristeza de la muerte. Los badajos de hierro pusieron la música celestial sobre el centenario bronce de las campanas, hasta que el tañir de la torre y las voces de Sagrario enmudecieron y llegó el dolor. Son días de luto: Cristo ha muerto. Las matracas serán ahora las protagonistas para llamar a los actos de la Pasión, riguroso luto donde los sonidos del silencio reinarán hasta que otra vez, las campanas y el Gloria de la Vigilia Pascual, vuelvan a anunciar la Resurrección.

La iglesia de San Mames abrió su puertas y el cortejo fúnebre de Jueves Santo, "La Carrera", inició su recorrido hacia el Calvario siguiendo el Vía Crucis de granito que durante siglos ha permanecido como testigo del tiempo, de la tradición y de la fe de Bercianos, a la vera del antiguo "Camino de Galicia".

El Cristo Pequeño de la cofradía del Santo Entierro, bajo el sol de primavera, abrasador, y el verde de la campiña, acompañado por los penitentes: hombres que ayer vistieron la capa parada alistana de Honras y Respeto. Paño pardo de oveja castellana negra, curtido en los batanes del río Aliste, compañera, en su último viaje de todos y cada unos de los alistanos y alistanas. Mujeres de manto negro y negro pañuelo en la cabeza. Que el luto, fuera en frío invierno o en caluroso verano, fue pardo de capa parda, negro de mantón negro. Entonando el miserere hasta las Tres cruces de Gestas, Cristo y Dimas donde se rezó por la cinco llagas.

La presidenta de la Diputación provincial de Zamora, Mayte Martín Pozo, visitó ayer Bercianos y participó en la misa y en la procesión, junto al diputado de Cultura, José Luis Bermúdez Lorenzo, mostrando su apoyo a la Semana Santa (Bien de interés Cultural y Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León), interesándose luego por los avatares de la hermandad y de la Pasión de manos del alcalde y presidente del Santo Entierro, Fernando González Rodríguez. La hermandad aglutina ya a 234 hombres y mujeres, y hay que destacar la presencia en ella de muchos jóvenes.